KINGDOM TVXQ!

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Arualthings

Our World

Sus mundos eran totalmente diferentes, sus familias y amigos no entendían su relación, pero lo que sentían el uno por el otro, era más fuerte que todo lo demás. Lo que no sabían, es si esto sería suficiente para estar juntos.

El príncipe de los bárbaros

En un mundo antiguo un hombre busca levantar a su pueblo e inicia la búsqueda de un ser que le brindará todo el poder que necesita, sin saber que forma parte de un historia muchísimo más grande que su propia ambición. Shim Changmin y Kim Junsu se encontrarán de forma inesperada para formar parte de un destino dictado por la atracción entre gemas.

Insano

Junsu no podía creer que aún después de todo ese tiempo de humillaciones por parte de sus dos mejores amigos él no se hubiera vuelto completamente loco, desquiciado; en cambio se sentía renovado, en una nueva piel.

Lluvia de estrellas

¿Crees en los deseos? Yunho alzó la vista al cielo y con una lágrima oró a las estrellas para que le concedieran un deseo… desde ese momento el destino de Changmin reposó entre sus manos. El máximo inconveniente es recordar… ¿quién es Changmin?

You are everything I've been looking for

Después de una decepción amorosa, Changmin decide alejarse de la vida como la conoce, acompañado de su mejor amigo Jonghyun. Juntos descubrirán sentimientos que les cambiarán la vida para alejarlos o acercarlos más, mientras conocen a un grupo de peculiares personas en un lugar común y corriente...

Dolor

Todos tenemos algo que ocultar en nuestras vidas pero ¿Qué ganamos con eso? ¿El guardar todo ese dolor solo para nosotros, no también causa dolor a los que nos rodean?

Novio secreto

La relación de Changmin y Jaejoong era un secreto para el mundo, sus únicos testigos eran aquellos lugares donde se veían a escondidas, los testigos mudos de su amor y su pasión, de su tristeza y desesperación.

Actua n° 157

Traducciones:
-Business Affairs Cap. 7 y 8
-Beautiful Dirty Rich Cap. 8

YunJae:
-Why / Empty? Cap. 12 al 14 (Completo)

JaeMin:
-Sin alas que protejan Cap. 31
-Me siento tan solo
-Loving you is my sin Cap. 1 al 3

YooMin:
-Eudaimonia Cap. 2
-Police Love: ¡¡FORBIDDEN!!: An UNDEAD Investigation- Primera parte

Parejas Varias:
-Sufrimiento [HoMin, HoSu, YunJae, otros] Cap. 3 al extra (Completo)
-Cántame Antes de Dormir [YooMin - JaeMin] Cap. 5 al 8
-Sí me tenías [YooSu, YunJae, ChangMinho] Cap. 2 y 3
-Our Destiny [YunJae, YooMin] CAp. 1 al 3
-El Tren [MinSu - YunJae] Cap. 24 al Epílogo (Completo)
-Sociedad [YunJae. YooSu] Cap. 6 al 8
-Love is a force of naure [JaeSu - JaeChun - HoMin - HoSu] Cap. 52 al 54

Love is a Force of Nature. Cap 52

“Padre”

Despierta
Y enfréntame…
[Passive, A Perfect Circle]


Cuando Yunho abrió los ojos, fue cegado completamente por el resplandor de luz de dónde se encontraba. Pestañeó reiteradamente, tratando de acostumbrar sus ojos a la luz y procesando todo lo que había pasado. Sus pupilas se dilataron y le concedieron la visibilidad: estaba en el bosque, tendido…pero todo a su alrededor se había teñido de blanco…hasta la más mínima hoja a su alrededor había perdido el color y todo poseía aquel brillante resplandor.

Se sentó sobre la maleza, extrañado y preguntándose si había muerto…cuando un par de siluetas salieron desde los matorrales incoloros y se pararon a su lado. Ellos tenían color…tenían color en semejante mar blanco: eran un hombre y una mujer, ambos vestidos igual de blanco. El hombre se paró a pasos del cuerpo de Yunho, poseía un ojo oscuro y el otro blanco…no plateado, sino blanco y tenía cabello castaño puntiagudo y piel canela, de contextura ancha y músculos fornidos. La mujer a su lado se quedó un paso más atrás de su figura, poseía una larga cabellera rojo sangre y ambos ojos brillaban en centellas albas.

“Yunho” el hombre articuló y a Yunho le costó encontrar su voz, casi como su hubiese olvidado cómo hablar.

“¿E-Estoy…muerto?” Yunho preguntó, escudriñando con la mirada a ambas figuras y luego los alrededores incoloros que lo rodeaban.

“No, tan sólo estás en trance…estás sanando” el hombre le contestó y el rostro de Yunho se comprimió en los recuerdos que lo azotaron en un flash de imágenes.

“La guerra” murmuró, abriendo los ojos de par en par. “Me encadenaron y oh, oh no...Heechul…” apenas tenía atisbos de imágenes: las cadenas, la niebla…esa voz y la advertencia. El vampiro de la Orden, el tal Kim Jaejoong había tomado como rehenes a Heechul y a Ji Hae. Se sobresaltó con los recuerdos y el hombre a su lado bajó a su nivel y le puso una mano en el hombro.

“Tranquilo” su voz era suave y Yunho no entendía por qué lo hacía sentir en calma. “Está bien, no ha muerto si eso es lo que te preocupa”

“¡Tengo que regresar!” Yunho exclamó, sacándose la mano del hombre de encima. “Tengo que despertar de lo que sea que esté ahora e ir en su búsqueda. Si algo le pasará yo—”

“Yunho, para regresar primero necesitas paz” volvió a articular, silenciando las palabras de Yunho.

“Estás en un estado de trauma. Las cadenas que te apresaron…no son cadenas comunes y corrientes, y estuvieron a punto de apagar el fuego de tu vida. Fueron las mismas que…me apresaron a mi” solo en ese entonces, Yunho se dedicó a mirarlo bien…a realmente verlo. Abrió los ojos de par en par al procesar todo de abrupto, al ver a la pálida mujer de ojos blancos a su lado…al verlos juntos…

“Akela…” susurró, estupefacto y el hombre a su nivel le sonrió. “Akela y Jezabel… ¿Realmente son ustedes? ¿Pero...cómo…?”

“Espíritu Santo estuvo a punto de drenarte, pero al perder su fuerza te liberó. Nuestra esencia vive dentro de ti y corre por tus venas, ahora mismo estás en un trance para sanarte y nosotros…hemos acudido para asegurar que cumplas con tu destino”

“Ustedes murieron…” Yunho apenas podía articular algo coherente, su mente era un verdadero caos tratando de procesar.

“Estamos arriba Yunho, en el cielo. Al morir sufriendo pudimos renacer y recuperar nuestras almas. Estábamos esperando el momento preciso en que la tierra pidiera el cambio y tú…naciste para brindarlo” la voz de Jezabel era el sonido más dulce que Yunho había escuchado en toda su vida, dulce como el susurro de una madre arrullando a su niño.

“No sé si…habré hecho bien…” Yunho murmuró, cerrando los ojos. De pronto el cansancio volvía a su cuerpo y sintió las pálidas manos de Jezabel situándose sobre sus hombros, lentamente volviendo a inclinarlo hasta la maleza.

“Tu vida ha estado llena de decisiones, Yunho…” ella le susurró y una de sus manos fue a acariciar sus mechones. Yunho suspiró al sentir la caricia, estaba tan cansado…

“La primera decisión fue dejar partir al amor de tu vida y aceptar tu destino. La segunda decisión fue volver a creer en el amor, la tercera fue mezclar tu sangre y renacer como otra criatura, oponiéndote a tu destino impuesto, y la cuarta fue luchar por el cambio. La quinta fue volver a tus raíces y al lado de tu unión del pasado. Y la sexta…bueno, la sexta la tendrás que descubrir tú solo…” Yunho la escuchó y prácticamente pudo revivir todo lo que había pasado desde que llegó a las entrañas del bosque. Un suspiro volvió a escapar de sus labios mientras dejaba que los recuerdos le relampaguearan la mente. La quinta decisión, la última…había sido la más difícil de todas: dejar ir a Junsu y volver al lado de su Sangre, Heechul…que ahora corría peligro por su culpa…

“Decidir lo que sentía…por Junsu y por Heechul fue una de las cosas más difíciles que me ha tocado en la vida” musitó, comenzando a tomar consciencia de sus actos, recopilando.

“Yo amé a Junsu y fui feliz a su lado pero…de alguna u otra forma nunca pude olvidar todo lo que ya había formado con Heechul, el lazo me seguía tirando y quizás…nunca deje de amarlo, no lo sé. ¿Habré hecho bien, tomé la decisión correcta…padres…?” Yunho había abierto su corazón, sacando a flote todas las dudas e inseguridades que poblaban su corazón allí, en semejante mar blanco, arrullado por las personas que le habían otorgado la fortaleza para el cambio.

“La vida te presentó dos caminos para elegir, y tú ya elegiste tu senda. Lo has hecho muy bien, Yunho” Akela volvió a hablarle, su voz solenme e omnipotente.

“Y ahora estás a pasos de lograr lo que tanto habíamos anhelado. La semilla es fuerte, y tú eres el vivo reflejo de ello. Cuando todo acabe habrás cumplido tu destino”

“¿Y qué…pasará conmigo…?” Yunho podía sentir su mente comenzando a divagar, y el pesar de su cuerpo comenzando a expandirse…

“Tendrás paz, Yunho…cuando todo acabe tendrás paz. Pero recuerda, la elección que hiciste te marcará y habrá costos…que pagar”

Fue lo último que pudo oír antes de que todo se oscureciera por completo.







xXx







“¿Está muerto?”

“¡No puede morir, es el Lobo de Fuego! ¡La reencarnación de nuestro Padre!”

“¿Quién va a guiarnos ahora?”

“¡No podemos quedarnos de brazos cruzados! Heechul, su Sangre corre peligro… ¡Hay que hacer algo!”

“¡Yunho no nos abandonará! Tengan fe”




Yunho oía el trajín a su alrededor, distante…apenas pudiendo procesar qué era lo que estaba pasando.

“¡Dejen espacio! ¡A un lado, a un lado o bloquearán mis energías!” era la voz de Hina, Yunho la reconoció al instante. Se alegró de que estuviera bien…pero cuando recordó lo que había pasado, la niebla y los rehenes, abrió los ojos de abrupto. Estaba tendido sobre la maleza, rodeado por un grupo de licántropos y gente de ojos plateados que formaban un circulo a su alrededor. Hina estaba a pasos de su cuerpo, con una mano entrelazada a la suya y los ojos centellantes.

“¿Qué…ha…pasado…?” Yunho apenas pudo articular. La garganta le dolía y sentía el cuerpo pesado. Murmullos de asombro y vitoreas comenzaron a escucharse apenas lo observaron despertar pero Hina siseó con fuerza para acallar la conmoción.

“Te hicieron una emboscada para drenar tus fuerzas con las mismas cadenas que apresaron y mataron a Akela. Hubo un percance y….la fuerza se vio interrumpida” ella bajó la mirada y Yunho inmediatamente balbuceó.

“La niebla. Kim Jaejoong ha tomado a Heechul y a Ji Hae como rehenes…lo recuerdo” hizo ademán de incorporarse pero aún se sentía débil y jadeó pesadamente con el esfuerzo, tan sólo consiguió sentarse y ya estaba exhausto.

“Tranquilo, no te esfuerces demasiado. Aún estás muy débil” Hina le puso una mano en el hombro para que volviera a recostarse pero Yunho negó con la cabeza.

“Tengo que ir. Tengo que enfrentarlo…de lo contrario Heechul y Ji Hae—”

“Irás, pero cuando estés repuesto. Dale algo de tiempo a mis energías…además que hay un plazo, por lo que podrás recuperarte” hizo un ademán con la mano y Yunho suspiró, derrotado.

“¿Qué pasó con Changmin y Taemin?” preguntó de abrupto al recordar las cadenas brillantes y la forma en que las tensaron contra su figura.

“Los encadenamos con las mismas cadenas que quisieron apresarte. Los lobos de la Resistencia están esperando tu orden para ejecutarlos” los ojos de Hina parecieron tornarse más sombríos aún con sus palabras. Yunho lanzó un suspiro, exhausto casi hasta para pensar en algo.

“Lo veré apenas me reponga. De verdad que no puedo hacer nada en este estado…” volvió a dejarse caer sobre la maleza y Hina ordenó que le dieran espacio, dispersando a la multitud de nuevos súbditos que esperaban las palabras de su líder. Se acomodó mejor a su lado, apretando su mano con suavidad para volver a transmitirle sus energías; vibraban por el torrente de Yunho en un agradable cosquilleo.

“Vi a mis padres…” Yunho musitó, adormecido y prácticamente dopado con las energías.

“¿A quiénes?” Hina le preguntó, observando el rostro desgastado de Yunho que poco a poco comenzaba a retomar el color…

“A Akela y Jezabel. Akela…se parecía algo a mí, con la piel tostada y el pelo castaño y Jezabel…tenía el pelo rojizo y los ojos blancos, blancos como los de Heechul cuando enciende su fuego. Me dijeron que…había hecho un buen trabajo y que obtendría paz…” su voz se fue apagando y Hina percibió que se había quedado dormido de nuevo. Sonrió de alivio al verlo volver a reaccionar y se quedó a su lado, transmitiéndole sus energías hasta que sus músculos le dolieron y su abrupto drenaje la obligó a parar. Cuando terminó a Yunho le había vuelto el color al cuerpo y Hina percibía el despertar de su propio fuego oscuro tronando por sus venas al haberle devuelto la vitalidad.

xXx




Heechul no podía ver absolutamente nada…estaba inmerso en una oscuridad total y por más que gruñera o se removiera en el contacto era completamente inútil. No supo en qué momento abandonó el bosque, tan sólo fue engullido por la niebla y de pronto su visión se borró hasta desaparecer por completo. Se sentía etéreo e impotente, transportado por una especie de energía sobrenatural e incapaz de defenderse. Trató de invocar su propio fuego, pero la presencia de Yunho se sentía tan distante…sus fuerzas cohesionadas se habían desmoronado y Heechul se encontraban débil e indefenso, dejado a su propia suerte en semejante oscuridad.

Cuando recuperó la vista el panorama fue aún peor. Ya no se hallaba sumido en niebla sino que estaba preso en una enorme jaula de barrotes que Heechul sabía que eran plata por la manera en que brillaban , y no sólo eso…estaban electrificados por una energía azul tan densa y maléfica que provocó que se le erizara el pelaje. Se encontraba en un enorme salón adornado por candelabros antiguos y muebles que databan de la época victoriana, las llamas que alumbraban la estancia siendo tenues y apenas brindándole algo de luz suficiente para escanear el lugar. No era el único atrapado…a su lado había otra enorme jaula con las mismas características y allí pudo distinguir el largo cabello castaño de Ji Hae: se había destransformado y tenía la vista fija en el par de siluetas que se alzaban de los sitiales para caminar hacia ellos. Heechul gruñó al destransformarse para tener algo más de movimiento en la jaula, y finalmente posó a su vez los ojos en sus anfitriones, distinguiendo ya a la perfección la sonrisa de enfermo de la sanguijuela que lideró las tropas de los vampiros en la batalla pasada: Kim Jaejoong. No estaba solo, a su lado caminaba un hombre de cabellos negros puntiagudos y ojos azules, helados y fríos como el hielo. Apenas se acercó lo percibió…era el dueño de las energías que electrificaba su prisión y que sólo podían corresponder a las de un demonio…

“La hermana del Lobo de Fuego. Eres la viva imagen de tu hermano…lástima que no poseas su fuerza” Jaejoong le lanzó una mirada despectiva a lo que Ji Hae tan sólo se dignó a responder con un gruñido, luego Jaejoong dirigió la mirada hacia la jaula de Heechul.

“Ah, aquí sí que cambia el asunto. Realmente es un honor tener al mismísimo Esposo del Fuego en mi humilde morada” la elocuencia con que hablaba incrementaba la rabia que Heechul sentía por él al haber caído en su trampa.

“Recuerdo haber visto tu forma de lobo en la batalla pasada…pero jamás tu rostro, debo admitir que eres una verdadera preciosidad” Jaejoong lanzó una risita y Heechul empuñó las manos, la abrupta furia tronando por su sistema.

“Cállate” masculló, frunciendo el ceño. “Puedes ahorrarte tu discurso, preferiría no tener que oír tus palabras”

“Auch, qué mal carácter. Por un segundo olvidé que eres tan bestia como los demás” hizo una moción vaga con la mano mientras comenzaba a caminar alrededor de la jaula de Heechul con el demonio siguiendo sus pasos con la mirada.

“Mira, si te soy franco…no tengo nada en tu contra y de hecho, me agradas” le sonrió, dejándolo vislumbrar atisbos de sus filosos caninos. Heechul pensó que verdaderamente era un enfermo con rostro de ángel, ya sabía por rumores los horrores que había cometido Kim Jaejoong…pero con semejante rostro nadie podría percibir sus asquerosas intenciones. Tenía la cáscara de ángel y el espíritu de un demonio.

“¿Agradarte? Por favor…” Heechul bufó, escudriñando el rostro de Jaejoong con sus ojos. Él tan sólo le asintió.

“Es la verdad, Kim Jaejoong no miente” se paró en seco al frente de su figura, ojos topacio brillando con las luces tenues del salón.

“Gracias a ti, el hijo de puta de Junsu se debe estar desangrando de dolor al saber que su tan amado Yunho lo ha dejado por otro de su misma sangre. Tú le has dado la lección que siempre quise darle…y por eso, tienes mi gratitud”

“No quiero nada que venga de ti” Heechul le espetó, ojos duros contemplándolo sin un dejo de simpatía. “Y lo que pasó no fue intencional, las cosas simplemente se dieron asi. Yo estaba unido a Yunho de antes, el vampiro tan sólo tuvo…mala suerte” a Jaejoong parecieron divertirle sus palabras porque simplemente sonrió ampliamente.

“Y es por eso que los vampiros jamás deben confiar en las bestias. En fin, lo quieras o no te estoy agradecido…le has provocado más dolor a ese vampiro del que yo podría haberle infringido con armas y con eso me basta. Además…tú también querías matar a Changmin, otra cosa que nos une” Heechul abrió los ojos de par en par. De pronto recordó su pelea con Changmin y cómo él había arrancado del lugar en cuánto Heechul se distrajo. Podía jurar que con una herida más lo habría herido de muerte…estuvo tan cerca…

“Changmin ha hecho mucho daño” fue lo que contestó, ignorando la sonrisa plasmada en el rostro de la sanguijuela.

“Si, a ti sobre todo…pobre criatura. Debió haberte dolido mucho haber sido arrancado del lado de tu amor tan brutalmente… ¿No es asi?” lo escuchó y el rostro se le desencajó. No entendía cómo era posible que la sanguijuela supiera tanto de su pasado. Aquí había algo que no encajaba, era imposible que estuviera al tanto de información tan precisa…

“¿Cómo…es que lo sabes?” se limitó a mascullar.

“Tengo mis modos” se encogió de hombros y lanzó una melodiosa risita al volver a situarse al lado del demonio.

“Kim Heechul…fuiste capaz de sacar a Junsu del camino y te alzaste ante todos como el Esposo del Fuego. Desafiaste a Changmin y lo heriste…lo habrías matado de no haber sido por la trampa que tenían en contra de tu unión. Ya eres…toda una leyenda, es una verdadera lástima que tenga que matarte, pero no temas…voy a lucir tu cabeza en vez de la de Changmin en mi mansión y le contaré a todos los vampiros de tus hazañas para que jamás se vuelva a confiar en una bestia” volvió a hablar con la misma elocuencia de antes y Heechul dio un abrupto paso hacia adelante en la jaula, su rostro prácticamente rozando los barrotes al articular.

“Yunho va a incinerarte…sanguijuela, y cuando me libere de estas cadenas vamos a bañarnos con tu sangre” le espetó y por un segundo Jaejoong pudo jurar que el avellano de sus ojos centelló en luces blancas…luego, Heechul giró el rostro y el brillo se había ido.

“Esto está por verse” contestó, señalando el reloj de arena que yacía en una mesita de café. “Tu Lobo tiene hasta el alba para venir a mi encuentro. Cuando la última pisca de arena caiga…tú y Ji Hae morirán por las manos de Hawthorne Roosevelt, de la Orden del infierno. Saluda a tus condenados, Roosy” Jaejoong se volteó, caminando de vuelta a su sitial de terciopelo escarlata camuflado en la oscuridad y el demonio de ojos helados apenas bajó la cabeza. Su energía era tan densa que impregnaba todo el ambiente al fluir por los barrotes, y pareció oscurecerse en un gélido destello cuando él se volteó para seguir el camino de Jaejoong.

xXx




Cuando Yunho volvió a despertar, se percató de que estaba en el mismo lugar, pero sentía su peso acolchado por una especie de cama hecha con hojas y malezas. La multitud se había dispersado pero pudo percibir la silueta de Hina a sus pies, hablando en susurros con hermanos de ojos plateados. Yunho se sentó y uno de ellos abrió los ojos de par en par y lo señaló, Hina inmediatamente volteó y le sonrió al verlo repuesto

“Me alegra tenerte de vuelta” susurró, tendiéndole una mano. Yunho la tomó y ella lo ayudó a pararse, sin duda la pesadez del cuerpo se le había ido y Yunho se sentía con energías de nuevo. Escaneó el panorama a su alrededor y se percató de que habían implementado lugares de sanación para hermanos de ojos plateados y hermanos de las colonias. Había lobos lamiendo heridas expuestas de otros lobos, y gente que iba y venía entre vaivenes por los matorrales con cuencos de madera con brebajes, vendas improvisadas y litros de agua. Hina le puso una mano en el hombro, devolviendo su atención hacia ella.

“¿Cómo te sientes?” preguntó, escudriñando sus facciones con sus grandes ojos magenta.

“Mejor. Siento que dormí un año…” Yunho llevó una mano a su cuello, pasando las yemas por los mechones bajos de su cabello sin dejar de observar el trajin de la gente.

“¡Yunho!” la voz de Siwon los interrumpió y cuando Yunho giró el rostro lo tenía al frente. Estaba desgastado y poseía cicatrices de arañazos y aguijones en el torso y muslos, pero a pesar de todo se veía estable.

“No sabes lo que me alegra verte bien. Por un momento pensé que te perdías…” bajó el rostro y Yunho lanzó una risita.

“Tengo más de una vida, Siwon…de seguro. ¿Fuiste a ver ya a Sooyoung?”

“Claro. Tenía que tranquilizarla, estaba bastante inquieta bajo tierra pero los norteños me necesitan para supervisar las curaciones” el rostro de Siwon se comprimió al hablar de pérdidas y Yunho suspiró.

“Es comprensible. A todos nos afecta hablar de perdidas…” murmuró y Siwon asintió.

“Bueno, volveré al campamento. Espero verte de vuelta muy luego con la cabeza de la sanguijuela y de la mano de Heechul” Siwon le sonrió y Yunho asintió a su vez, una pequeña sonrisa adornando su rostro.

“Y nos daremos un banquete con su sangre, sin duda alguna. Ve, hermano” Yunho bajó la cabeza en reconocimiento y Siwon hizo lo mismo, luego comenzó a trotar de vuelta a los matorrales y su forma de lobo apareció y se perdió en el verdor.

“Me alegra que Siwon esté bien” Hina articuló y Yunho asintió. “Bueno… ¿Estás listo para recibir a tu nueva gente?”

“Mientras antes mejor. Tengo que ir a cortarle la cabeza al desgraciado de Kim Jaejoong” Yunho contestó y Hina le sonrió. Le hizo una seña para que la siguiera y ambos comenzaron a caminar. Cruzaron el torrente del rio y Yunho se percató de que estaban regresando a la colonia del bosque con pasos acelerados. Muchos lobos se toparon con ellos en el camino y comenzaron a seguirlos de vuelta hasta que Yunho y Hina tuvieron una pequeña progresión a sus espaldas que se moría por escuchar las órdenes del Lobo de Fuego, nuevo líder de la licantropía.

Las entrañas del bosque revelaron finalmente la cueva que daba la entrada a la colonia, y al entrar y llegar al otro lado Yunho pudo percatarse de la conmoción. Estaba repleto de lobos de la Resistencia con sus rostros y cuerpos prácticamente hechos a mano. Al centro de la pequeña planicie verde yacían encadenadas dos figuras que Yunho reconoció apenas estuvo a metros: el Lobo Mayor y Changmin eran custodiados por un centenar de lobos de la Resistencia que los apuntaban con lanzas envenenadas.

“¡Abrid paso al Lobo de Fuego, Padre de licántropos y Lider del Nuevo Orden!” una voz articuló a espaldas de Yunho y la gente comenzó a dispersarse, las vitoreas con el nombre de Yunho siendo coreado prácticamente por todos los lobos que estaban refugiados dentro de la colonia. Yunho llegó finalmente al frente para vislumbrar los rostros congestionados y jadeantes de sus dos rehenes y los lobos se arodillaron a su alrededor. Sólo uno quedó en pie, parecía más macizo y corpulento, y tenía rostro de general. Se dirigió directamente a Yunho, sin subir el rostro ante él al articular.

“Jung Yunho, el Lobo de Fuego que derrotó a Cho Kyuhyun, ex líder de la Resistencia en legitimo combate. Qué Dios lo bendiga con su gracia y pueda guiarnos a un mejor futuro, desde ahora los lobos de la Resistencia lo serviremos con nuestra vida, Excelencia” se arrodilló a su vez y la palabra ‘Excelencia’ fue coreada nuevamente por la multitud. Yunho estaba tan sobrecogido que apenas podía articular palabra. Todo…había sucedido demasiado rápido y ahora no sólo gobernaba sobre las tres colonias de la dimensión paralela…ahora, además era regente de Seúl en la Resistencia. Sus hombros ya no podían estar más pesados…

“Arriba, hijos” fue lo que pudo articular luego de su silencio. “Me han honrado con el máximo honor y no puedo más que prometerles…que haré lo mejor que pueda para llevarnos a un futuro mejor, un futuro…justo” miró a Hina y ella le asintió, una pequeña sonrisa adornando su rostro mientras los lobos se incorporaban ante su presencia. El lobo con rostro de general volvió a hablarle.

“Excelencia, hemos apresado a la gente que usted consideraba como traidores. Shim Changmin conspiró en su contra y Lee Taemin, el Lobo Mayor lo ayudó. Esperamos sus órdenes para cortarles la cabeza” volvió a bajar la cabeza y entonces Yunho avanzó los pasos restantes hasta quedar a pocos centímetros de distancia de sus rehenes. Ambos tenían los labios amordazados y trataban de gimotear palabras pero les era imposible. Yunho se dirigió a Taemin primero, quitándole la mordaza de un sólo movimiento. El muchacho le abrió los ojos miel en sorpresa ante el gesto.

“Voy a aplicar un juicio justo ante mis hijos” Yunho articuló con el barullo que gritaban los lobos para azuzar su muerte casi como música para sus oídos.

“¿Sabes quién soy?” Yunho lo cuestionó, su voz restallando al alzarse con omnipotencia.

“E-Eres…el Lobo de Fuego, Padre de los licántropos”

“Y Padre de híbridos a la vez, ambos son mi progenie…mía y la de mi Sangre” Yunho articuló, finalmente cohesionándose con la nueva posición que le había sido otorgada, y todo lo que ello significaba.

“¿Y bien? ¿Qué tienes que decir en tu defensa?”

Taemin tragó saliva. De pronto, el eco de la voz de Kyuhyun llegó a sus oídos y prácticamente le retumbó dentro: ‘Si me matan, deberás jurarle lealtad al Lobo de Fuego, sin importar lo que pase. Se lo habrá ganado de todas formas, se habrá ganado el derecho por la fuerza de su combate…’

“Y-Yo…” murmuró, sintiéndose tartamudear ante el nerviosismo que le traía estar al borde de la muerte. “L-Lo…hi-ce…porque…h-abía hecho un…j-juramento. Le j-juré leal-tad a Kyuhyun has-ta…el fi-nal…”

“Tan leal que no podías desobedecer sus órdenes” Yunho frunció el ceño, escudriñando el rostro del joven. “Y habrías saltado de un acantilado si él te hubiese dado la orden entonces… ¿O me equivoco?”

“P-Por su-puesto” Taemin balbuceó su respuesta, los nervios carcomiéndolo por dentro.

“¿Y quién me asegura a mí que no intentarás cumplir su deseo de verme muerto? Eso también fue una orden que él dejó por cumplir” Yunho le contrarrestó y el barullo se hizo más intenso. Las palabras: ‘Muerte, Muerte, Muerte’, hacían un eco estruendoso en cada rincón de la colonia. Taemin de pronto se sintió enfermo al pensar en los lobos que alguna vez habían compartido su mesa como hermanos…y que ahora estaban exigiendo su cabeza.

“E-Excelencia” Taemin balbuceó con el rostro más congestionado que nunca. “Usted ha demostrado ser superior a Kyuhyun en todos los sentidos. Le suplico que me deje prestarle juramento y yo seré el servidor más leal que tendrá en toda su vida. Tan sólo le pido una oportunidad para demostrar que valgo” agachó el rostro y sintió las entrañas tensas al escuchar el nuevo estruendo que exigía su muerte. Sin embargo, fue la voz de la mujer maldita quién habló esta vez.

“El chico no es lobo común y corriente, Excelencia” articuló y Taemin inmediatamente alzó la mirada para contemplarla. “Es un lobo vidente y proviene de un ancestral legado de lobos conectados con la madre tierra. No sería prudente desperdiciar a un talento así”

Yunho la miró a los ojos algo descolocado y luego volvió a posar la mirada en Taemin, frunciendo el ceño.

“Nada me asegura que no intentará venga la muerte de Kyuhyun asesinándome mientras duermo” el ceño le comprimía las facciones y lo hacía parecer más mayor de lo que en realidad era.

“Pero…Hina jamás me ha dado un mal consejo y a ella le debo mi vida. Desencadénenlo, voy a dejar que preste juramento” Taemin abrió los ojos de par en par, completamente sorprendido, y al instante tenía a un par de lobos trabajando en sus cadenas. Lo soltaron y cayó al suelo con un fuerte sonido; inmediatamente se puso de rodillas ante los pies de Yunho.

“Juro que no lo defraudaré, Excelencia” murmuró contra el suelo, incapaz de levantar la mirada.

“Si lo haces estoy seguro que Hina ira personalmente al infierno a torturar tu alma” ella lanzó una risita al escuchar sus palabras.

“Arriba, Lee Taemin. Quiero escuchar tu juramento”

Taemin apenas subió el rostro para contemplar las facciones de Yunho, reuniendo las fuerzas para murmurar.

“Yo, Lee Taemin, juro dar mi vida por Jung Yunho, el Lobo de Fuego, Líder de la Resistencia y Padre de híbridos y de licántropos a la vez. Juro pasar mis días a su lado, a su servicio, velar sus noches y sangrar por sus heridas, y juro obedecer hasta la más minima de sus órdenes hasta el final de mis días”

“Levántate, Taemin. Desde ahora eres uno de mis hijos” Yunho le tendió una mano y Taemin la tomó con dedos temblorosos. Cuando se incorporó, hasta el aire parecía menos denso y las miradas y voces asesinas se habían acallado para recibirlo en la multitud sin una protesta. Yunho se dirigió entonces hacia Changmin, retirando la mordaza de su boca con un violento movimiento.

“Tú te quedas aquí hasta mi regreso” Yunho le dijo, girando el rostro para mirar a Hina.

“Estará a tu cargo, Hina. Confió en tu prudencia si tomas alguna decisión pero yo…no puedo perder más tiempo. Tengo que marchar a la mansión” Yunho articuló con la solemnidad característica de un líder, ignorando el resoplido de Changmin, y observando a Hina asentir.

“Le haré guardia hasta tu regreso, descuida. Confió en que…tus energías hayan regresado lo suficiente para un combate”

“Me siento bien y descuida, voy a incinerar a esa sanguijuela apenas la tenga a mi alcance” Yunho sentenció y luego se dio la vuelta. Las vitoreas y ecos de su nombre volvieron a hacerse audibles, los: ‘¡Larga vida al gran Yunho! ¡Que viva el Padre!’ que se coreaban al observarlo transformarse a su forma de lobo blanco y comenzar a trotar hacia la salida. Yunho sentía el pulso de su corazón haciendo eco en todas sus extremidades al saber que Heechul y Ji Hae corrían peligro…tenía que ser prudente, de lo contrario un paso en falso les podría costar la vida.


-o-


Koiko: Y nos adentramos entonces ya a la mansión de Jaejoong y a todo..lo que le espera a mi Yunnie allí dentro. ¿Qué pasara? ¿Jaejoong logrará su plan? ¿Cuánta sangre se derramará? Todo eso y mucho más lo podrán leer en el próximo capi jiji x) este capítulo ya es crucial, todo está a punto de explotar…
Quiero agradecer a todos los que me escribieron diciéndome que la redacción de la guerra me quedó bien, de verdad que era todo lo que necesitaba porque trabajé muy pero muy duro y créanlo, el fic aún no está terminado D: aunque ya me falta poco…estoy en las últimas pero no sé realmente cuántos capítulos serán al final, todo ya marcha viento en popa asi que…veremos cómo va mutando la historia :3 y como ya saben, mis lectores fieles tienen mi corazón, mi yelmo de batalla y mi cota de malla en sus manos! Ustedes hacen posible todo esto!

Love is a Force of Nature. Cap 53

“Transfixión”

Nunca seré el mismo…
[Rain song, Cold]


Los lobos se dispersaron del centro de la conmoción y Hina quedó frente a frente con Shim Changmin, ex líder de la colonia del bosque. Realmente lucia como un jovencito…con el ceño fruncido y el rostro congestionado producto de la presión. Encadenado ciertamente no representaba el peligro y la hegemonía de su reputación de tirano, pero Hina sabía que era tan sólo producto de las circunstancias. Un descuido y él podría matarla; ya lo había visto pelear.

“Desafortunado ha sido tu destino, Shim Changmin” ella articuló para tentar su reacción. “Si haces mal…la vida de alguna forma te contrarrestará con aún más mal”

“Y qué moral has absorbido tú para hablarme de hacer mal, mujer maldita” Changmin le contrarrestó con ácido. Hina se esperaba una respuesta así viniendo de alguien como él.

“Estoy tratando de redimirme, como deberías hacerlo tú” lanzó una resoplido, cruzándose de brazos ante el ex líder, quién tan sólo bufó.

“Yunho te cortará la cabeza, no habrá piedad para ti…supongo que lo sabes” le recalcó, arqueando una ceja inquisitiva.

“Yunho tan sólo se está vengando por lo que le hice. Jé, hasta me arrepiento…si lo hubiese dejado marcharse con Heechul a la Resistencia cuando me lo pidió nada de esto habría pasado y yo seguiría gobernando” Hina abrió los ojos de par en par ante la confesión, aún le costaba creer que el tirano estuviera dejando sangrar algo de sus culpas. Quizás…la guerra lo había ablandado y ya estaba cansado.

“Fuiste egoísta. Por tu egoísmo estás donde estás” ella se lo echó en cara y lo escuchó bufar.

“Quería poder, pero ¿Quién puede culparme por ello? Todos quieren poder, sólo que yo fui más honesto que muchos al reconocerlo. Yunho me daría algo de poder con su marca a pesar del lazo con Heechul, y sería aún más fuerte…habríamos sido invencibles. Ya ves, por querer retenerlo se me escapó y ahora tiene el control” el tono de su voz era ácido y amargo, lleno de pesares y resignación. Hina pudo percibir que estaba haciendo catarsis, que quería quitar el veneno de su cuerpo.

“Yunho está peleando tu guerra, lo sabes bien” ella dijo y fue la primera vez que Changmin la miró a los ojos. “Todavía puedes redimirte…”

Changmin se quedó en silencio por un segundo. De seguro estaba procesando que Hina estaba al tanto de su pasado…y de lo que le estaba insinuando. Habló luego de un rato.

“No puedo hacer nada si estoy atado de pies y manos” fue lo que murmuró pero Hina le arqueó una ceja.

“¿Y qué es lo que harías…si te dejara libre?” lo escudriñó con su mirada, ojos magenta encendiéndose para ver dentro de su alma.

“Iría a terminar con esto de una vez por todas. Iria a enfrentarme con Jaejoong…es nuestra pelea después de todo, Yunho no tiene nada que ver y sólo cayó al medio por asuntos de poder. Sólo Jaejoong y yo podemos transparentar todo”

Hina lo observó durante un largo rato. Lo observó para revelar las mentiras y falsedades de sus ojos y su voz…más al no encontrarlas cedió y cuando se acercó para desencadenarlo Changmin se sorprendió tanto que suspiró.

“Si me traicionas…voy a ir personalmente a torturar tu alma al infierno, Shim Changmin. No olvides nunca que ningún trató con demonios es limpio” el tono sombrío de la mujer maldita le erizó el vello de la nuca mientras Changmin se sobaba los miembros apresados.

“Tú no eres un demonio…” le susurró al volver a encontrarse con el fuego magenta.

“Soy una mujer maldita, que es peor” contrarrestó y por un segundo Changmin pudo jurar que vio las mismas llamas del infierno en sus ojos. Desvio la mirada y comenzó a caminar, no sin antes susurrarle.

“Un lobo del bosque nunca olvida sus promesas. Te doy mi palabra, mujer…cuando Yunho regrese todo habrá terminado”

“Salir del valle de la muerte dependerá de ti” fueron las palabras de Hina al observarlo transformarse y echar a correr hacia la salida. El lobo no mentía…Hina lo sabía bien, y sonrió al sentir la dirección que tomó su alma: directo hacia la mansión de Kim Jaejoong.
xXx




Las millas se le hicieron eternas, pero cuando Yunho vislumbró la silueta de la mansión inmediatamente apresuró su trote hasta tener la visión de la edificación al alcance. Pudo percibir que estaba resguardada por una energía densa que le dio mala espina. Cuando Yunho salió de los matorrales, gruñó al percatarse de que por cada muro de la mansión chorreaba esa gélida energía. Se destransformó y fue recibido por un eco de una voz que pareció salir de los jirones de niebla que aún yacían atrapados en los árboles.

“Intenta aparecer una pisca de fuego y los rehenes morirán en menos de un segundo…” era una voz profunda y raspada; Yunho la acreditó al portador de las energías y bufó.

“No voy a quemar nada si tienen tanto miedo. Déjenme entrar, he venido a transar” Yunho espetó sin bajar la guardia y pudo percibir una abertura en el campo denso de energía invisible. Caminó con pasos cautelosos y el canal lo guio directo a la entrada de la mansión. La puerta se abrió ante él y Yunho avanzó hacia dentro con toda la desconfianza del mundo. Al cerrarse, todo estaba en penumbras…pero cuando Yunho avanzó una hilera de luces en candelabros comenzaron a guiar sus pasos. Fue conducido por un pasillo largo hasta otra puerta de madera que estaba resguardaba por barrotes al centro. La puerta se abrió sin que Yunho le pusiera un dedo encima, y finalmente se encontró en un salón enorme con luces tenues. Apenas podía ver, pero cuando comenzó a avanzar vislumbró las jaulas y se petrificó: allí, al fondo del salón, enjaulados por barrotes de plata electrificados con una energía de color azulada yacían Heechul y su hermana, impávidos e impotentes. Comenzó a caminar hacia ellos pero una voz lo detuvo en el lugar y entonces lo vio. En la esquina derecha del salón y rodeados de oscuridad se alzaban Kim Jaejoong, y un hombre a su lado al cual Yunho no reconoció, pero su vibra le dio la pauta: un demonio.

“Jung Yunho, el Lobo de Fuego. Es un verdadero honor” Kim Jaejoong hablaba con la elocuencia de un maestro de ceremonias, y se vestía igual de bien. Sus dulces facciones lo hacían parecer angelical, pero el trasfondo de sus intenciones hablaba por él solo y revelaba su verdadera personalidad. A su lado, un hombre de cabellos negros puntiagudos y mirada gélida lo seguía de cerca, sus pasos casi parecían remover el aire a su alrededor…

“Kim Jaejoong” Yunho articuló con cortesía impuesta. “Quién diría que tendríamos que vernos las caras de este modo. De seguro esperabas que viniera Changmin en mi lugar” Yunho le disparó pero Jaejoong no se inmutó y mantuvo la sonrisa en el rostro.

“Claro que no. Ahora tú eres más interesante, por supuesto. Aunque si tuvieras la amabilidad de mandarme su cabeza cuando se le hayas cortado, eso sí que sería digno de un verdadero líder justiciero” lanzó una risita pero Yunho no cambió su expresión estoica.

“La única cabeza que me llevaré de vuelta será la tuya” Yunho sentenció y en sus ojos oscuros se removieron las sombras.

“¿Por qué no arreglamos esto de una vez por las leyes que nos rigen? Ven y pelea conmigo, veamos quién es digno de imponer condiciones” le escudriñó las facciones con su dura mirada pero Jaejoong tan sólo se rio.

“Para tu desgracia, no soy tan imbécil para caer en eso. Te he visto pelear e incluso sin el fuego eres una máquina. Nosotros…los hijos de la oscuridad, preferimos los oscuros métodos” hizo una moción con la mano en dirección a las jaulas.

“Y es bastante simple, Yunho. Tengo en mis manos el tratado firmado por los miembros de la Orden de vampiros en dónde acreditamos la hegemonía de los vampiros sobre las bestias. Sólo…estoy pidiendo tu firma como líder de licántropos y actual regente de la Resistencia para liberar a tus amados rehenes. Con tan sólo una firma tendrás a tu dulce Heechul de vuelta y a tu encantadora hermana” sonrió y Yunho vislumbró los filosos caninos sobre sus labios carentes de color. Desvió la vista hacia la jaula y directo a los ojos de Heechul que lo miraban fijamente. Parecía estar gritándole que no aceptara con la mirada, que era una trampa…Yunho lentamente comenzó a caminar hacia la sanguijuela.

“Un nuevo tratado que los beneficiará, brillante déjame decirte” Yunho lanzó una risa seca. “¿Y qué pasa si…me niego?” ojos oscuros fueron a pelear contra el cielo topacio de los iris del vampiro mientras él apenas se dignaba a curvar los labios.

“Hawthorne Roosevelt, mi encantador demonio secuaz, acabará con la vida de los que amas en menos de un segundo” Yunho desvió la mirada de Jaejoong al demonio a su lado, y luego a la energía que fluía por los barrotes de la jaula. Claro…en eso recaía todo, y la densa energía podría paralizar el corazón de ambos en un parpadeo. Yunho lanzó un suspiro, consciente de lo que estaba a punto de hacer, pero aparentemente ya sin ninguna alternativa.

“Firmaré” fue lo que murmuró. Escuchó el chillido de indignación de Heechul y el suspiro que probablemente pertenecía a su hermana pero no volteó a mirarlos.

“Pero cuando esté firmando tienes que liberar a Heechul y a mi hermana, de lo contrario no hay trato. Nadie me asegura que tu demonio no los matará apenas yo ponga la garra sobre el papel” lo perforó con la mirada y por un segundo Jaejoong pudo jurar que en sus ojos no había más que oscuridad. Curvó los labios al buscar dentro de su chaqueta un papel doblado que extendió entre sus manos y le sonrió.

“Por supuesto. Comienza a firmar y Roosevelt liberará la energía de los barrotes, rompiendo la cerradura para dejarlos en libertad. Es un trato limpio, Lobo de Fuego…puedes estar seguro de ello” su sonrisa se incrementó al hacerle un gesto para que caminaran hacia una mesa de café que había a pasos de las jaulas. Jaejoong extendió el tratado y Yunho pudo distinguir las siete firmas de los vampiros de la Orden. Tomó el papel y comenzó a leer algunas de las clausulas…sin duda, firmarlo ponía fin a la licantropía como propiamente tal. Se quitaba el consumo restringido de sangre en el mundo de los mortales y ahora sería al revés…cada licántropo que yacía en la tierra debía pagar un impuesto a la Orden misma, y ahora sólo se podrían trabajar con licántropos como esclavos, imponiendo la superioridad del vampirismo sobre las bestias. El bosque se mantenía como territorio de lobos pero daba pie a la libre caza de cualquier licántropo prácticamente por diversión. Lo único que se mantenía igual eran los híbridos…que seguían siendo considerados como amenazas y aún se les daba sentencia de muerte. Yunho lanzó un suspiro pesado cuando Jaejoong le acercó la tinta para que mojara las garras. Él y el demonio no dejaban de intercambiar miradas fugaces…cómo si estuviesen atentos a cualquier conducta extraña de Yunho, listos para atacar. Cuando Yunho se conectó con su bestia y alargó las garras, su telepatía de lobo despertó y le llegó a la mente todos los reclamos de su unión.

“¿Qué es lo que haces? No puedes firmar eso… ¡Es una trampa! Sólo lograrás que nos maten a todos y—”

“Sabes que te amo. ¿Lo sabes…Heechul?” Yunho le contestó mientras llevaba a empapar la punta de su garra en la mano derecha con la tinta, sin voltear a mirarlo.

“Si, lo sé mi amor…pero—”

“No puedo permitir que se acabe. Aún hay una forma de quemar ese tratado…” levantó la garra humedecida y observó los ojos topacio de Jaejoong brillando en expectación cuando descendió la mano hasta el papel.

“Retira las energías” Yunho le dijo al empezar a trazar el símbolo de su colonia. “Si no lo haces no terminaré”

Jaejoong resopló y le hizo un gesto con la cabeza a Roosevelt sólo cuando se dio cuenta de que Yunho continuaba escribiendo la firma. El demonio hizo un ademán con sus manos y la energía se disipó de los barrotes en la velocidad de un parpadeo. Las cerraduras crujeron mientras Yunho terminaba de escribir su nombre. En ese instante, Heechul lo vio: Jaejoong apenas hizo una seña…y rápido como un suspiro, tan silencioso como sombra en el camuflaje, el demonio fue a posarse detrás de la silueta de Yunho, con las garras demoniacas afiladas y listas para desgarrar…

“¡El lobo!” Jaejoong chilló al percatarse de los ojos de Heechul pero fue demasiado tarde. Su fuego albo se encendió y le dio el impulso, y antes de que Roosevelt pudiera clavarle la puñalada por la espalda a Yunho, Heechul se abalanzó hacia su figura. El demonio lanzó un grito y Yunho abrió los ojos de par en par al voltear…completamente choqueado, ni siquiera se había percatado de los movimientos del demonio pero de pronto estaba detrás. Heechul lo tenía sujetado y las llamas comenzaban a manar. Lo observó arder entonces…arder en la constricción que Heechul estaba creando y con un sólo manotazo directo Heechul le atravesó el pecho con sus garras liberadas, llenas de flameantes llamas.

“¡NO LO PERMITIRÉ—!” Jaejoong hizo ademán de abalanzarse a atacar pero fue cortado por las garras puntiagudas de Ji Hae que se situaron en su nuca, listas para desgarrar.

“Yo no haría eso si fuera tú…” masculló y Jaejoong se congeló, maldiciendo todos los eventos que relampaguearon tan rápido que fue incapaz de predecir qué fue lo que salió mal primero.




Roosevelt seguía retorciéndose en el amarre de fuego. La sangre le manaba del pecho, espesa y casi negra. Había sido la puñalada lo que le estaba arrebatando la vida, ya que había fuego en el averno y lento los dañaba. Las llamas ya habían llegado hasta su piel y comenzaban a derretirla. Sin embargo, fue capaz de lanzar una risotada amarga en su prisión de fuego.

“Perro…tonto…” restalló, la voz audible a pesar de que se estaba calcinando vivo.

“Me has matado…una cáscara de mortal insignificante, pero has liberado…una maldición…” Heechul abrió los ojos de par en par al escucharlo, y cuando sus palabras murieron y se desintegró con último grito, una brisa gélida de energía comenzó a brotar desde el polvo de sus cenizas que fue directo hasta la figura de Heechul, calándole hasta los huesos. Yunho corrió hacia su figura cuando las llamas albas se extinguieron. Los ojos de Heechul se abrieron en horror cuando garras invisibles le perforaron el pecho de abrupto y apenas pudo encogerse, lanzando un estruendoso alarido. Los brazos de Yunho se cerraron en torno a su figura y entonces, sólo entonces Yunho se percató de que…el pecho de Heechul sangraba, tenía orificios en el torso en carne abierta, chorreando sangre igual cómo si hubiese sido apuñalado…

“H-Heechul” Yunho murmuró, acunándolo a su cuerpo y sintiendo la humedad de la sangre que se escurría del cuerpo de su amante como un rio torrentoso.

“Tranquilo, amor….resiste. ¡Ji Hae, reten a esa sanguijuela mientras yo curo las heridas de Heechul!” su voz estaba cargada de desesperación mientras lentamente recostaba a Heechul en el suelo. Él tenía los ojos cerrados y apenas lanzaba entrecortados gemidos, sacudiéndose en el dolor. Yunho observó con horror la herida en el blanco torso tatuado de Heechul: su pecho había sido perforado por puntas de garras y los orificios sangrantes escupían sangre cómo si se tratase de un volcán en erupción. Yunho no entendía cómo había sido posible semejante artimaña…tan sólo sabía que eran heridas provocadas por energía demoníaca; el maldito demonio se había vengado pero no se saldría con la suya, Yunho se aseguraría de ello. Comenzó a escupir en su palma y a pasar los dedos humedecidos por la piel, sobando con ímpetu las heridas. Rozó y rozó hasta que sus yemas le dolieron pero las heridas…no cicatrizaban y la sangre seguía manando de su piel con avasalladora fuerza; el suelo a su espalda rápidamente comenzando a formar un mar de sangre. Yunho sintió el sollozo atragantarle la garganta mientras escupía y rozaba, escupía y rozaba, pero…nada pasaba.

“N-No…no… ¡FUNCIONA, MALDITA SEA! Resiste, Heechul…resiste mi amor…” Yunho estaba llorando, lo sabía porque sus lágrimas caían y se mezclaban con la sangre del torso de Heechul. Lo escuchó respirar superficialmente, apenas capaz de hacer un gimoteo débil al alzar una mano ensangrentada del suelo y llevarla a descansar en la mejilla de Yunho. Su tacto se sentía tibio…no ardiente como antes y ya casi…frío.

“Yun…ho…” susurró, su voz tan débil que Yunho tuvo que hacer un esfuerzo para escucharla. Heechul abrió los ojos entonces y Yunho lo vio: vio las luces blancas en sus iris, vio sus ojos centellar para él...vio las llamas danzándole en torno, brillando por él por última vez…

“Resiste…” Yunho estaba a punto de explotar. Las lágrimas se deslizaban sin control mientras llevaba una mano a entrelazarse con la de Heechul, apretando sus dedos con fuerza…con desesperación, necesitando sentirlo cerca, necesitando sentir su pulso contra las yemas…

“Resiste, mi amor…resiste. Lo nuestro es para siempre, ¿Acaso no juramos que sería para siempre? ¿ACASO NO SABES TODO LO QUE SACRIFIQUÉ POR TI? ¡NO PUEDES DEJARME, HEECHUL! No…de nuevo…” se quebró por completo entonces y sollozó con toda la amargura y la desesperación que un amante puede sentir al percibir al ser que ama a puertas de la muerte. Yunho se dejó caer sobre el torso ensangrentado de Heechul, sintiendo la humedad de su sangre y su pulso ya prácticamente imperceptible como un tenue aleteo…

“Yunho…” su voz sonaba tan ajena para Yunho allí desplomado sobre su pecho, tan distante. “Siempre…supe…que…te daría hasta mi vida. Lo…supe…el mismo día que…te salvé de esos lobos que querían matarte…cuando eras…un…cachorro…” Yunho se aferró con desesperación a su pecho, incapaz de dejar de sollozar contra sus macabras heridas. Sabía que Heechul estaba utilizando sus últimas fuerzas para hablarle, pero era incapaz de dejar de aferrarse a él.

“Mírame…” le susurró, tan bajo y tan desgastado que a Yunho se le desgarraron las entrañas. Subió pesadamente la mirada y el rostro de Heechul…tan dulce y grácil como siempre…ahora resplandecía en la palidez que seguía a la muerte.

“Prométeme que…vivirás…vivirás y gobernarás, y le darás luz a nuestros hijos…” por un segundo, por un desquiciado segundo…Yunho observó la esencia de Jezabel viva y latente en Heechul, con el cabello rojo sangre y los iris centellantes. Comprendió que Heechul se estaba refiriendo a los lobos y a los híbridos, su progenie…y llevó una mano hasta su rostro; ojos enrojecidos y húmedos con millares de lágrimas que no dejaba de derramar.

“Voy a velar por nuestros hijos hasta el final de mis días, amor mío” Yunho le susurró cuando comprendió que la vida de Heechul se le escapaba como agua entre los dedos y que ni siquiera su fuego albo era capaz de purificar el maleficio conjurado sobre su cuerpo. Heechul apenas pudo esbozar un atisbo de sonrisa antes de entrecerrar los ojos. Sus dedos hicieron una fina presión en el borde de su mandíbula y Yunho descendió el rostro hasta su nivel, apenas pudiendo controlar su trémulo cuerpo.

“Te amo Heechul…te amo…te amo…” Yunho estaba temblando, temblaba contra su cuerpo y las lágrimas de sus ojos caían y fluían por las mejillas ya frías y casi estoicas de Heechul.

“Te…amo Yunho, sangre…corazón…y vida mía…” fue el último susurro que escapó de sus labios ya carentes de color. Cuando sus labios se fundieron; Yunho percibió la vida de Heechul apagándose con ese último contacto, porque cuando se separó de sus labios la mano que yacía posada en su mandíbula cayó y junto con ella…se apagó la llama de su vida. Yunho se separó tan sólo un poco de su figura para cerrarle los ojos…para apagar la luz blanca de sus iris con las que había muerto. Yunho le divisaba las entrañas allí dónde los orificios le habían arrancado la vida, el charco de su sangre como recordatorio infernal de los macabros actos.

Se quitó la media capa de sus hombros y cubrió el torso de Heechul con ella, contemplando a su amor ya inerte en el suelo en un mar de sangre. Sintió entonces como si su propia vida se hubiese apagado junto con él…la sangre roja y latente de sus venas ennegreciéndose junto con su corazón. Cuando su lobo interno lanzó el aullido más desgarrador de todos, Yunho se entregó…se entregó al Luto Eterno y lo abrazó.




Se alzo como una verdadera torre del lado de Heechul. Ji Hae permanecía estoica, con los brazos enredados por la espalda de Kim Jaejoong como verdaderas enredaderas y las garras punzándole la espalda, y lanzó un audible suspiro al hacer contacto con los ojos de su hermano: Yunho…tenía los ojos completamente rojos, brillantes e iracundos como verdaderas brasas ardientes, llenos de sangre. Lo supo entonces, supo lo que era esta transformación. Yunho llevaba el luto por dentro y por fuera, siendo envuelto por la oscuridad que le trajo haber presenciado la muerte de su unión: se había transformado…en un Lobo de la Noche, errante y sin corazón.




“Tú…” masculló, clavando sus ojos de sangre en el rostro impávido de la sanguijuela.

“Tú mataste a Heechul…” la voz de Yunho sonaba tan trastornada que Ji Hae sintió los vellos de su nuca alzarse mientras lo observaba avanzar hacia su rehén.

“Yo no lo maté” Jaejoong le contestó con el mismo desdén de siempre. “Fue Roosevelt, bueno…mejor dicho, fue el maleficio de Roosevelt. Pero deberías estar agradecido…de no ser por ese chiquillo tú estarías ahora bajo tierra y—”

“¡CALLATE!” Yunho restalló y las llamas negras comenzaron a reptar alrededor de su piel, más fuertes y más abismantes que nunca.

“Te voy a quemar vivo…” articuló, pero de pronto se escuchó un agudo estruendo; un ventanal se hizo trizas y una figura saltó desde él, alzándose desde los vidrios rotos y observando el panorama con ojos descolocados. Yunho desvió el rostro para mirarlo y quedó perplejo al reconocer su silueta: Changmin.

-o-


Koiko: No tengo palabras en realidad, creo que esto es lo más difícil que he escrito en la vida.


Love is a Force of Nature. Cap 54

“Justificación”

Atrapo un breve reflejo
De lo que podrías haber sido…
[Passive, A Perfect Circle]



Shim Changmin caminó con pasos decididos, abriendo los ojos de par en par al ver el cuerpo inerte y cubierto de sangre de Heechul y luego yendo a encarar directamente a Yunho. La visión de su aspecto lo inquietó: su rostro y torso estaban empapados con rastros de sangre, y sus ojos ahora eran estanques llenos de odio y más sangre. La sombría predicción de Taemin volvió a su mente en apenas un eco. ‘Lo vi como un Lobo de la Noche, con su aullido abismante y cargado de dolor, aullando por alguien…aunque no oí ningún nombre.’ Se le erizó el vello del cuerpo al percatarse de que Taemin había visto el futuro: Jung Yunho se había transformado en un Lobo de la Noche al perder la vida de su unión de sangre, Kim Heechul…asesinado al parecer ante sus propios ojos.

“¿Qué mierda estás haciendo aquí? Creí haberte dejado bien encadenado en mi colonia” Yunho apenas se dignó a voltear el rostro y Changmin fue incapaz de mantenerle la mirada. Eran unos ojos infernales, tan dolorosos y abismantes, llenos de sangre. Sin duda Yunho se había transformado en un sabueso del infierno. Ser un Lobo de la Noche era el dolor más grande que un lobo podía llegar a cargar. Implicaba vivir en un luto eterno, con el pelaje negro y los ojos rojos y llenos de sangre. Se perdía la capacidad de unirse a otra persona y el lobo vagaba errante y sin manada…aullándole tan sólo a la muerte.

“Bueno, la mujer maldita es muy sabia, y en su inmensa sabiduría entendió mis razones” se encogió de hombros al pararse a pasos de Yunho, aún con algo de cautela. Desvió la mirada a su espalda para ver a la sanguijuela presa en las garras de Ji Hae. Eso sí que era un buen panorama…

“Escúchame bien, no sé qué sandeces le habrás metido a Hina en la cabeza, pero a mí no podrás engañarme y si has venido a morir por mi fuego puedo incinerarte ahora mismo junto con el hijo de puta de Kim Jaejoong” el ácido de sus palabras prácticamente podía quemar. Los ojos inyectados en sangre de Yunho perforaron a Changmin con la mirada y él pudo sentir su creciente energía dentro…a punto de explotar.

“Yunho” Changmin habló con calma, y Yunho se sorprendió del tono de su voz. “Sé que estás… deshecho por lo que le pasó a Heechul y realmente no quiero saber los detalles, pero estoy seguro que…murió por ti en el mayor acto de amor que se puede llegar a profesar. Si he venido aquí es para hacer lo correcto…alguna vez en mi vida. Vengo a enfrentar a Jaejoong en un último combate y a trasparentar todo”

Changmin pudo escuchar a Jaejoong resoplar pero no se dignó a mirarlo, tan sólo se forzó a subir la mirada para enfrentar a Yunho a la cara, aun cuando tenía esos ojos tan horribles y llenos de dolor. Su expresión pareció suavizarse tan sólo un poco mientras se medían las miradas.

“Vienes a hacer lo correcto…alguna vez en tu vida” Yunho le repitió sus propias palabras, arqueándole una ceja.

“¿Qué te hace pensar que voy a creerte? Debería matarte a ti primero por todo el daño que me has causado. Si no hubiese sido por tu maldita tiranía Heechul estaría vivo ahora y nosotros…hubiésemos tenido otra vida, pero tú…tú tienes la culpa de todo esto, tú y tu maldita sed de poder” empuñó las manos de abrupto y Changmin percibió la oscura energía comenzando a irradiar de sus manos. Su tiempo se estaba acabando y se apresuró a hablar.

“Sé que merezco la muerte. Estoy arrepentido, ¿De acuerdo? Si te hubiese dejado partir yo seguiría gobernando, pero tú ya me lo has refregado en la cara al demostrar que eres mejor que yo y dejarme sin nada. Sólo te estoy pidiendo…que me des la oportunidad de morir en paz, si ese es mi destino. Tú…te viste involucrado en la guerra equivocada, porque los que debimos estar peleando para arreglar nuestras diferencias siempre fuimos yo y…Jaejoong. No permitiré que se siga involucrando más gente y que haya más muertes innecesarias. No tengo derecho a pedirte nada ni menos si tienes semejante dolor…pero si algo de piedad te queda dentro…déjame terminar de una vez por todas con esto” Changmin agachó el rostro ante él, rogando porque sus palabras pudieran calar y hacerlo meditar. Cuando se percató del descenso en las energías de Yunho una luz de esperanza brilló en su interior.

“¿Qué pasará…con los híbridos?” fue lo que le preguntó. Changmin alzó el rostro nuevamente para mirarlo.

“Tendrás la modificación del tratado con o sin mi muerte, te doy mi palabra…Excelencia” Changmin lo miró fijamente a los ojos. De un segundo a otro, la hoja de papel que Yunho había firmado comenzó a incinerarse con nacientes chispas negras ante el audible chillido de protesta de la sanguijuela que se removió en el amarre de Ji Hae, pero tan sólo consiguió una punzada dolorosa de sus garras.

“Si no lo matas…volveré a quemarlo todo” Yunho sentenció, tajante. “Ji Hae” le habló sin voltear a mirarla, aún estaba escudriñando el rostro de Changmin para vislumbrar algun indicio de traición o falsedad.

“Cuando Changmin te de la señal…soltarás a la sanguijuela y te reunirás conmigo abajo. Vamos a dejarlos que arreglen su propia guerra” fue lo último que dijo al mirar a Changmin. Luego, Yunho pasó por su costado y volvió a donde yacía el cuerpo inerte de Heechul. Se agachó y con sumo cuidado lo tomó entre sus brazos, apretándolo a su cuerpo y llorando en silencio, sin emitir sonido alguno…sólo las lágrimas de sus ojos como indicio de que aún sufría su muerte. Acunó su figura y apoyó la cabeza fría y pálida de Heechul debajo de su cuello, abandonando el salón con pasos raudos.

Changmin comenzó a avanzar hacia Ji Hae entonces, con el rostro estoico y el ceño fruncido al hacer contacto con Kim Jaejoong. La sanguijuela lucía igual de impávida que siempre, con el desdén brillando en el topacio de sus ojos. Sintió rabia de tan sólo verlo y le hizo un gesto con la cabeza a Ji Hae. Ella, para impedir que Jaejoong se camuflara, rasguñó su traje con sus garras, la fábrica rajándose hasta que pudo desgarrar piel. Jaejoong lanzó un chillido con el ardor del veneno y sólo entonces Ji Hae lo soltó.

“Yunho ha perdido la vida en esto, ahora está roto y no descansará. Espero que no lo defraudes más, Changmin” se transformó a su forma de loba y comenzó a trotar a la salida; Jaejoong maldiciéndola entre dientes al sentirse libre.

“Esa fue una jugada bastante tonta. Ya puedes darte por muerto, si no mueres por mis garras Yunho te cazará hasta encontrarte. Nunca olvidará” Changmin articuló al avanzar con cautela hasta su figura. Jaejoong tan sólo lanzó un resoplido, inmutable.

“Como sea, aquí me tienes finalmente. Vengo a vengar a mi líder y a mi futuro hijo…y sólo con tu muerte me podré dar por realizado” se cruzó de brazos al observarlo y Jaejoong lo miró con el rostro comprimido, apenas lanzando una seca risa.

“Vas a pagar por todo el daño que tuve que soportar al creer en tu mierda” se alzó entonces, con los ojos topacio perfilándose en rojo al sentir el deseo de asesinarlo aflorar hasta por su piel.

“Ya no habrán obstáculos, esta es nuestra última confrontación” se quitó el saco oscuro, quedando con la camisa blanca y rasgada en la espalda, subiendo el rostro para mirarlo y poniéndose en guardia.

“Un lobo del bosque tampoco olvida…” Changmin masculló, ojos encendiéndose en dorado al alargar sus venenosas garras. Jaejoong se dio impulso y sobrevoló el salón de un sólo salto, llegando hasta unos estantes al fondo, abriéndolos de abrupto y empuñando una resplandeciente espada de plata. Changmin se abalanzó directo hacia él entonces y ambos se encontraron: garras venenosas chocando contra el metal de la espada en un estruendoso chirrido que sólo anticipaba el final…
xXx

Yoochun podía sentirlo…absolutamente toda la vibra que transcurrió después de la niebla. Su demonio despertó apenas comenzó la revuelta entre licántropos, porque aunque haya querido negarlo, la sangre de Jaejoong aún lo arrastraba y le permitía dilucidar atisbos de visiones. A veces le transmitía hasta emociones: ira, tristeza, rabia, satisfacción. Todo ocurría mientras se encontraba haciendo su trabajo, poseyendo almas y tentando…satisfaciendo la sed de almas de su demonio que ahora suelto lo gobernaba día y noche.
Se removió en la silla de su lúgubre hogar, más tenso que nunca. La última visión que el lazo le había proporcionado había sido un flash de Jaejoong capturado entre las garras de una mujer lobo. Yoochun estaba consciente de sus limitaciones…que no podía regresar a la dimensión paralela porque las obligaciones que poseía con Jaejoong habían cesado y por ende su naturaleza lo arrastraba a atormentar las almas mortales, pero…sus energías vibraban con tanta fuerza, con tanto ímpetu dentro. El podía sentir el peligro…podía percibir la muerte invadiendo todo ese condenado salón. Ya había sangre salpicada…lo sabía por la forma en que la sangre llamaba a su demonio, pero a la vez lo repelía por la pureza de su muerte: la persona había dado la vida por otra, brindándole la máxima protección; Yoochun no podría siquiera tocarlo, aquello era otro tipo de energía. Si fuese Changmin el protegido Yoochun estaría en problemas….pero Jaejoong…Jaejoong era otra historia. Estaba en peligro, él podía sentirlo…sentía la presencia de la muerte rondando a su alrededor casi como un choque, un choque de dos corrientes.
Sus manos se aferraron a los respaldos del situal con fuerza, incómodo. Una parte de su ser quería desgastar todas sus energías en el portal que lo llevaría de vuelta…y otra quería quedarse encadenada y aceptar la decisión de Jaejoong por tomar venganza. Finalmente, cuando su demonio se alzó ante todo…Yoochun decidió que ya era hora de mandar todo al diablo y tomar el toro por las astas. Ya había esperado y aceptado lo suficiente y ahora…tomaría lo que era suyo por derecho, con o sin la tan anhelada venganza de Jaejoong.

Como era de esperarse, su energía reaccionó a su llamado y se encendió en toda su magnitud. Cuando Yoochun se levantó del sitial, el aire a su alrededor se removió con fuerza y sus ojos violáceos centellaron en su pura energía. Con un gutural grito que se escapó de su averno interno desgarró el aire con sus manos y la zanja reveló la tierra y los bosques oscuros de pinos en el apogeo de la noche. La brisa lo llamaba, pero sobre todo…el cosquilleo interno que fluía por sus venas y lo arrastraba a los brazos de su ex dueño y…amor.
Se dejó engullír sin pensar en nada más. Con su demonio suelto no había leyes, ni criaturas que pudieran detenerlo. Obtendría lo que era suyo…

xXx




Changmin se dispuso a recibir la nueva colisión. La espada larga de plata de Jaejoong resplandecía en cada estocada con la luz del salón, y sus movimientos eran tan rápidos como sus enardecidos jadeos. La estocada baja que lanzó relampagueó y casi lo pilla desprevenido; Changmin abruptamente la bloqueó cruzando las garras y empujando a Jaejoong hacia atrás con un abrupto gruñido, lanzando una seca risotada.

“Tantos años de contención sí que van a servir de algo” restalló, gruñendo y volviendo a cargar con sus venenosas garras. Lanzó el zarpazo tan rápido como pudo a lo que Jaejoong respondió con una estocada defensiva horizontal; el chirrido siendo tan agudo y retumbando por todo el salón en el choque violento. ‘La sanguijuela es rápida’…Changmin advirtió al bloquear la plata resplandeciente que parecía estar en todos lados: contra sus muslos, en sus costados, golpes arriba, golpes abajo…




Su defensa se respuso al cruzar ambas garras y volver a pelear contra la plata, estampándoselas directamente en el rostro de Jaejoong quien apenas trastabilló con la fuerza. Changmin aprovechó la brecha para descargar todas sus garras en el golpe para rajar de una vez por todas a la sanguijuela del cuello a los pies, pero la elusiva criatura rodó para esquivarlo y sus garras sólo rozaron el aire a su alrededor. Jaejoong se repuso tan veloz como un rayo y cargó desde arriba con la espada larga de plata, que fue desviada con un nuevo derechazo del licántropo, ambos volviendo a retomar distancia en rondas en torno al otro acechantes.

“Nada mal” Jaejoong curvó apenas los labios. “¿Cuánto llevabas practicando para esto? ¿Años?” su abrupta risita murió al recibir un zarpazo voraz que siseó contra la plata resplandeciente, la humedad del veneno empapando la hoja mientras Jaejoong la blandía con gracia y cargaba en contra de la bestia. Las dos garras contra la espada le daban apenas una ligera ventaja y cuando en un giro defensivo las garras rasgaron la blanca camisa de Jaejoong y arañaron piel con el ardor quemando con fuerza, comprendió que quizás lo estaba subestimando.

‘La bestia es ágil’. Fue capaz de reaccionar a tiempo para lanzarle un tajo directo al mismo tiempo que retrocedía. Changmin lo siguió, zarpazo tras zarpazo implacable, con los ojos brillantes y furiosos, más encendidos que oro líquido y aullando de rabia.

“Con tu sangre pagaré la de ella…y la de mi cachorro” el gruñido salió gutural de sus labios al cruzar nuevamente las garras con la espada. Las garras describían trazos mortíferos que Jaejoong bloqueaba con agilidad, la espada centellaba con las tenues luces y por momentos parecía brillar con la humedad del veneno empapado, ardiente y listo para quemar. Ninguno de los dos poseía escudo ni armaduras, por lo que los puntos expuestos eran vulnerables y hacían la cacería más visceral y exhaustiva.




Era una danza mortal, y un paso en falso significaba un golpe letal. Retrocedían y se enfrentaban, los chirridos vibraban junto con los gruñidos y jadeos de los dos líderes que trastabillaban y se empecinaban en herirse mutuamente para saciar los años de dolor y represión. Changmin no calculó bien sus pasos en el bloqueo del tajo de plata y trastabilló al punto de perder el balance y aunque logró recuperarse, la espada de Jaejoong relampagueó y describió un tajo por su hombro izquierdo, dejando a su paso una llama de dolor.

“Vamos a ver quién canta primero” fue lo que murmuró Jaejoong al alzar la espada nuevamente, pero el bloqueo fue inmediato. Changmin se había recuperado y lo empujaba hacia atrás con la fuerza, causando que volvieran a retomar cierta distancia.

La herida del costado de Jaejoong sangraba y le ardía por el veneno. Changmin gruñía mientras la sangre le escurría del hombro izquierdo en la visible quemadura del tajo, pero aún así…el acecho continuó. Ambos se desplazaban en torno al otro: hacia un lado, hacia atrás a la defensiva, otra vez hacia los lados, y cuando alguno notaba una brecha se disponía a atacar con fiereza en el cantar de sus armas.




Jaejoong fue el primero en romper la danza al lanzar un tajo veloz directo al rostro que Changmin evadió retrocediendo, pero su espada no tenía intenciones de detenerse y la blandía con aún más ímpetu: hacia las piernas, hacia el brazo…Changmin vio la luz entonces y lo comprendió, Jaejoong no estaba acostumbrado a pelear con espadas…y el peso lo estaba desgastando. Sus tajos se hicieron más erráticos y más espaciados en la medida que la espada comenzaba a tornarse pesada en sus manos. Changmin lo hizo girar por un buen rato, zarpando de vez en cuando el metal y notando el fuego de la furia en los iris topacio de Jaejoong al percatarse de que perdía velocidad al blandir el mandoble. Cuando Jaejoong llevó la espada hasta su cabeza y la blandió con las dos manos para trazar un golpe brutal, Changmin hizo un ademán abrupto con las garras y el veneno salpicó y llegó a quemar el rostro pálido de la sanguijuela. Jaejoong chilló y retrocedió, moviendo frenéticamente la cabeza para removerse del ardor…y entonces Changmin se lanzó contra él. El zarpazo brutal desgarró la fábrica y le quedó impregnado en la nívea piel, junto con el ardor que enrojeció los cortes producto del veneno. Jaejoong chilló enardecido y lanzó tajos al aire, pero Changmin detuvo la hoja de la espalda con una de sus manos. La plata le ardió como los mil demonios en el nacimiento de su palma pero no le importó, y con todas sus fuerzas la tiró hacia un lado. Jaejoong entonces lo miró con horror, la sangre de su torso comenzando a escurrir hacia el suelo y el veneno ardiéndole de la cabeza hasta los pies.

“Se acabó, Jaejoong” Changmin murmuró, bajo y raspado antes de lanzarse a sus brazos y atravesar su pecho con sus envenenadas garras. Sintió la piel y las entrañas desgarrarse con tanta facilidad que le pareció increíble su fragilidad: las puntas de sus cinco garras se alzaban desde su espalda como verdaderas espinas rojas. Jaejoong escupió un hilillo de sangre por la boca y sus ojos se abrieron de par en par pero ningún sonido salió de su boca, tan sólo la sangre sonaba, escurriéndose de su cuerpo como un rio torrentoso. Cuando Changmin retiró la garra ensangrentada, Jaejoong se desplomó sobre su cuerpo y Changmin se paralizó al oír su tenue voz.

“P-Perdóname…” murmuró, tan bajo que Changmin casi no pudo oírlo. “Todo…lo que hice…lo hice…por amor…”

La muralla se quebrantó y Changmin fue incapaz de reprimir el sollozo. En algún momento abrazó a Jaejoong a su cuerpo y comenzó a sollozar al escucharlo. Jamás quiso…que las cosas terminaran de semejante manera pero todo…de alguna enfermiza manera se salió de control.

“Q-Quise decírtelo” Changmin murmuró ante los jadeos erráticos y agonizantes de Jaejoong. “Crucé la frontera muchas veces en tu búsqueda pero mi padre me vigilaba día y noche y siempre…me hacía regresar. Me dijo que tenía que aceptar mi destino y que un hombre lobo no podía amar a un vampiro…eso jamás”

“T-Tuve rabia….al verte…con ella. Fui…irracional. Te había…perdido…y…no…tenía derecho…a hacer…lo que hice…” sus susurros eran tan tenues, tan bajos ya a puertas de la muerte. Changmin abrazó a Jaejoong con fuerza, llorando por primera vez luego de años de aislamiento y represión…

“No debí haberte abandonado. Debimos haber luchado” Changmin le dijo, apenas rompiendo el contacto para mirar el pálido rostro con expresión suave, ya no altanera y estoica de sanguijuela…sino que dulce y casi…humana. Era su Jaejoong…su Hyung…

“Otros…lucharán…” fue lo que Jaejoong respondió, apenas entrecerrando los ojos. “Otros serán felices…en nuestro lugar…vampiros y…lobos. Será una opción…ya no más…represión, no más…”

“No más” Changmin le reafirmó, llevando una mano hasta su mejilla, sus ojos humedecidos por las lágrimas.

“Lamento…haberte herido…” musitó, con el pecho contraído.

“Me lo merecía” Jaejoong lanzó una seca risita y jadeó brutalmente, el veneno estaba calando con fuerza y sus entrañas ya estaban siendo pulverizadas dentro. Su vida se estaba apagando con aterradora velocidad.

“Perdóname…” Changmin murmuró a su vez, apenas acariciando la pálida mejilla del vampiro que alguna vez amó más que a su propia vida.

“Sólo si tú me perdonas a mí…” sonrió, la dulce y amable sonrisa de antaño…y Changmin supo que estaba de vuelta, que la confrontación lo había purificado y que ya no había odio en su corazón.

“Ya te perdoné, Hyung” Changmin le respondió, curvando los labios en una sonrisa y Jaejoong abrió los ojos, la sonrisa aún adornando su rostro.

“Ah…” susurró. “Lo había olvidado…sigo siendo tu Hyung”

“Y lo serás siempre”

Jaejoong comenzó a toser violentamente, la sangre escurriéndose de su boca con fuerza. Changmin lo contuvo entre sus brazos, el veneno lo estaba matando por dentro y ya…era tan sólo cuestión de segundos. Jadeó erráticamente, apenas pudiendo mantener la visión…

“Vete” Jaejoong le susurró. “Voy a esperarlo, él vendrá por mi…vendrá a llevarme al infierno…”

Changmin no entendía a lo que se refería, pero decidió concederle su último deseo. Lo dejó suavemente tendido sobre el suelo del salón. Jaejoong se retorcía y jadeaba en agonía, con los ojos cerrados y las manos empuñadas en un intento por apalear el dolor del veneno que estaba chamuscando sus entrañas. Pero cuando Changmin estaba a punto de abandonar el salón…sintió que se le erizaba hasta el último vello del cuerpo al percibir que se abría una brutal zanja en el aire y de ella emergía un hombre vestido completamente de negro, con los ojos violáceos más fieros y voraces que pudo haber visto jamás…




“¿Quién mierda eres?” Changmin inmediatamente se puso en guardia, gruñendo y mirando al extraño con ojos desconfiados. El aludido tan sólo llevó una onda de energía violácea directo al cuerpo agonizante de Kim Jaejoong; las vibraciones violáceas llegando a su cuerpo y hundiéndose bajo su piel.

“El demonio que va a matarte” fue lo que susurró al clavar sus centellantes orbes violetas en su figura. Changmin lanzó un bufido, sus garras volviendo a humedecerse con el mortífero veneno, pero en ese entonces percibió el cambio en la atmosfera. El aire se sintió más denso mientras un temblor de energía violácea comenzaba a tamborilear por la figura del extraño, sus ojos de abrupto encendidos en luces cegantes. Las energías lo envolvieron por completo cual tentáculos de centellas violáceas y sólo entonces, ante un nuevo temblor, Changmin pudo percatarse de su transformación: su silueta creció en el torbellino de centellas con un gutural alarido que retumbó por las paredes de la mansión. Vislumbró escamas comenzando a cubrir los miembros humanos allí donde antes había piel, todo su cuerpo endureciéndose…y cuando la energía finalmente le concedió visibilidad, toda su piel se erizó ante la visión que tenía al frente, la visión…de la verdadera forma de un demonio. Tenía escamas gruesas de un vibrante color púrpura y el rostro antes humano estaba cubierto con una especie de antifaz de escamas en dónde tan sólo se distinguían las orbes violáceas, más abismantes que nunca. Las prendas humanas habían sido desintegradas y ahora las escamas se le ceñían al cuerpo como un nuevo chaquetón, con las puntas afiladas bajándole por la espalda. Una larga espada le nacía de su mano derecha, prácticamente de su mismo cuerpo al tener el mandoble cubierto por las mismas escamas, mas en la afilada hoja alargada brillaba la luz característica del mortífero metal. Sus garras eran más largas que las suyas, y por el torso le reptaban marcas extrañas que se concentraban en dónde solía estar su corazón, centellando intermitentes. El demonio apenas se movió, un nuevo gutural quejido escapándose de sus labios al maniobrar con la espada y sólo entonces Changmin pudo reaccionar, poniéndose en guardia.

“Maldita suerte la mía” masculló, el veneno resbalándose de sus garras chorreantes. “Ahora tengo que lidiar con un demonio” poco pudo hablar después de ello. El demonio era rápido y se movía cual sombra, lanzándose a su figura antes de que pudiera siquiera pensar en algo. Changmin fue rápido y pudo escudar la espada con sus garras, pero la criatura superaba con creces a Jaejoong en fortaleza y comenzó a lanzar tajo tras tajo, cargando sin piedad contra su figura. Changmin lo maldijo entre dientes mientras bloqueaba los golpes, jadeando ante el esfuerzo y con el cansancio de la pelea anterior agobiando sus músculos. Trató de sacárselo de encima contratacando, y la colisión arremetió con un enorme chillido retumbando a su alrededor, pero le fue inútil hacerlo trastabillar más de unos centímetros; inmediatamente se reponía y volvía a cargar con más fuerza. Changmin jadeó en el desgaste, tratando de mantener su distancia al bloquear cada carga con sus dos garras que le servían de escudo ante la hoja afilada infernal. Podía jurar que el demonio lo estaba haciendo a propósito, postergando su muerte ahora que claramente estaba en desventaja, aunque apenas podía vislumbrar un atisbo de humanidad en semejante criatura que tan sólo cargaba en contra de su figura y lo desgastaba…


-o-


Koiko: Já! Que no me había olvidado de Yoochun sólo tenían que esperar su momento y aquí está, oh si…ha vuelto, y ahora viene con todo….ósea Yoochun 2.0. Me voy a concentrar en la caracterización demoniaca de Yoochun, ¿Alguien conoce el juego Devil May Cry?, bueno si llegasen a estar familiarizadas con algo del juego, quise retratar la forma demoniaca de Yoochun similar a la forma demoniaca de Dante, la que sale en el Devil May Cry 4 porque lo encontré demasiado bueno y real, me podía imaginar todo en mi cabeza con su cuerpo cubierto de escamas, pueden buscarlo en google si quieren hacerse una idea si es que no se lo imaginan tan bien pero es básicamente eso, tengo muchas influencias que me llevaron a escribir esta novela :3. Volviendo a la historia, esto se viene enfrentamiento tras enfrentamiento y rabié un montón porque me cuesta escribir batallas pero espero no haber bajado el nivel u.u
Con respecto al capítulo anterior, estoy de forever luto igual que Yunho, pero también contenta al saber que tuve muchas opiniones al respecto! Algunas se pusieron hasta tristes y eso que aquí casi nadie era pro HoRella haha, lo que me da una satisfacción tremenda. Quiero aclarar que aquí no estoy dejando en evidencia que nos vamos a ir directo a pro HoSu y color de rosa…oh no mis lectoras, esto aún no termina! Tengo que escribir el gran finale y aún no llego ahí y me frustro porque la musa ha estado bastante reacia y trancada, me ha costado bastante escribir a decir verdad pero bueno…espero que sigan conmigo muchísimas gracias.

Sociedad - Cap. 6

Problemas


-Chicos, ustedes fueron los últimos. Solo quedaron dos cobijas, lo siento

-No te preocupes Wookie, dame una a mí, que Yunho y Jae compartan la cama y que Kyu con Minnie compartan la cobija- Le decía Changmin mientras le quitaba un cobertor

-¡¡NO!! ¡¡Yo no quiero dormir con el!!- Me altere un poco, pensar que dormiría en la misma cama que Yunho… ¡qué horror!

-No te preocupes Jaejoong, que Changmin duerma aquí contigo, yo puedo dormir en la sala- Me lo dijo en un tono muy frio y después salió del cuarto dando un fuerte portazo

-Eres tan tonto hyung- Me decía Changmin mientras me miraba feo

-¡Fuiste un grosero!- Me gritaba Min

-Jaejoong, deberías disculparte con Yunho- Por primera vez Wookie no sonreía

-Ya ni yo contesto tan feo Hyung- Ese era Kyu

-¿Porque debería? Miren yo solo pienso que es muy pronto como para hacer eso

-Jaejoong, vas a dormir, no tendrás sexo

-Changmin tiene razón… ten has lo que quieras- Wook me dio, mejor dicho, me aventó el cobertor y salió muy enojado

-¿Qué le pasa?

-Jae, sé que no debo meterme en tu relación pero, fuiste muy grosero con Yunho. Además, no le he visto malas intenciones. Si no querías dormir con él se lo hubieras dicho de una forma amable no como lo hiciste

-Lo siento Min, es solo que me tomo por sorpresa lo que dijiste

-Entonces no te disculpes con él, ve y dile al profesor que lo sientes- Me dijo Sungmin

Minnie tenía razón, solté el cobertor y baje rápidamente a la sala. Pude ver que Hae y Hyuk estaban acostados en el suelo y Yunho estaba en el sillón. Me acerque cuidadosamente y lo zarande un poco.

-Yunnie~… Yunho… vamos… despierta…

-Estoy despierto- me contesto aun con los ojos cerrados

-Ven tengo que…

-No me importa- se dio la vuelta y se tapó la cabeza con la cobija

No sabía qué hacer, si quedarme ahí e intentar disculparme o irme y hacer el intento mañana. Vi a Hae y Hyuk abrazados y dormidos, opte por la segunda opción. Ya le pediría disculpas mañana. Volví tranquilamente a la habitación y me encontré con Changmin dormido en la cama y Kyu junto con Min en el suelo, así que tome el cobertor y me dormí a un lado de Kyu y Min.

A la mañana siguiente me desperté. Estaba yo solo en la habitación, me levante, recogí las cobijas y tendí la cama. Después baje a la sala, ya estaban todos ahí.

-Buenos días chicos

-Hola Jae- era Siwon

-Perdón por no levantarte

-No te preocupes Kyu, no pasa nada-Le sonreí

-¡Jaejoong! Qué bien, ven a ayudarnos en la cocina- Me decía Wookie mientras me jalaba a la cocina

Mientras íbamos a la cocina, pasamos a un lado de Yunho, el cual me vio, por lo tanto yo le sonreí de forma “tierna”. El simplemente me miro serio y se fue de donde estaba. Sinceramente me entristeció eso, seguía enojado con migo. Entramos a la cocina y ya estaba Sungmin junto con Donghae cocinando, por el momento decidí olvidar el tema y me dedique a ayudar a mi amigos.

-¿Y bien?- Sungmin dejo de picar los vegetales y me miro serio

-¿Y bien qué?

-Jaejoong, no te hagas el tonto ¿arreglaste lo de Yunho?- Me preguntaba con un poco de enojo

-No, ayer intente pero no quiso escucharme- Suspire pesadamente y deje el cuchillo

-¿Y qué harás?

-Intentarlo hoy

-Hoy saldremos al parque de diversiones, ahí podrías intentar- Me recomendó Wookie

-Eso hare, espero que funcione

-Vaya, no llevan ni una semana siendo novios y ya hay pelea

-¡Cállate Donghae! No lo desanimes- Le gritaba Minnie

-Mejor dejemos el tema y apurémonos a cocinar que de seguro ya han de tener mucha hambre-Nos decía Wookie mientras movía unas ollas

Terminamos y Kyu junto con Changmin y Yunho sirvieron. El desayuno fue bueno, todos hablamos con todos, a excepción de que Yunho nunca me dirigió la palabra. Cuando acabamos, Heechul junto con Siwon lavaron los platos mientras los demás comenzábamos a arreglarnos para salir. Ya estábamos todos para salir cuando Yunho hablo.

-Bueno chicos, pase un buen rato con ustedes, pero debo irme- Nos decía Yunho mientras se levantaba del sofá

-¿No saldrás con nosotros?- Le pregunto Yoochun

-No creo que sea buena idea

-¡¡Pero qué dices!! Ven, veras que será divertido- Le decía Junsu con una sonrisa

-Chicos yo n…

-No puedes irte- Lo interrumpí mientras lo veía serio

-Si puedo- Me contesto con un tono de voz algo fuerte y me dirigió una mirada bastante fría

-¡NO!...-Me levante bruscamente del sillón- yo… quiero que salgas conmigo- Le dije mientras lo miraba a los ojos

-No lo creo… además, así no te incomodare, como lo he estado haciendo… no te preocupes podrás salir tranquilo

No podía creerlo. Nadie decía nada en ese momento, para mí solo éramos él y yo. El me miraba serio mientras yo lo veía con suplica. No pude decir nada ante eso, me había dolido pero también impresionado. Reaccione cuando escuche la puerta cerrarse. Fue entonces cuando mis piernas reaccionaron y corrieron hacia la puerta. Abrí y para mi buena suerte el aun no entraba al coche, corrí lo más rápido que pude y lo abrace por la espalda mientras me soltaba a llorar.

-No… no te vayas… perdón… perdóname- Él no decía nada ni siquiera se movía- No quería… yo… perdón- Me solté a llorar más mientras me abrazaba fuerte a el

Sentí como sus manos tomaban mis brazos y los apartaba de él. Pensé que me soltaría, no me opuse y afloje el agarre mientras lloraba. Pero el simplemente dio la vuelta y me abrazo.

-Todavía eres un niño- Me decía mientras levantaba mi cara con una de sus manos y con la otra me abraza por la cintura- Pero así eres perfecto- Después me acerco más a él y me beso.

Era un beso lleno de ternura y cariño, bajo su mano de mi cara y la paso a mi cuello para profundizar el beso. Después de un rato nos separamos por la falta de aire y me miro a los ojos.

-No te mentiré, aun siento que te incomoda demasiado estar conmigo, no sé si sea por la edad o porque sea tu profesor, pero si necesitas espacio, solo dímelo y te lo daré. No es necesario que me hagas sentir como una acosador- Me decía mientras acariciaba mi cara

-Lo siento, no quería hacerte sentir así- Me escondí en su pecho

-Está bien- Acariciaba lentamente mi cabello

-¿Iras con nosotros?

-¿Prometes no llorar más?- Se agacho un poco y beso mi frente

-Entonces vamos- Me dedico una sonrisa bastante hermosa y después tomo mi mano para entrar a la casa

Todos estaban pegados en las ventanas…

-¿Entonces, si iras con nosotros?-Le pregunto Yesung cuando nos vio entrar, Yunho asintió con una sonrisa en su rostro

-¡Bien! entonces nos iremos igual que ayer, te veo en el estacionamiento amor- Le decía Heechul a Siwon mientras le mandaba un beso y salía por la puerta

-Bueno chicos, vámonos- Nos decía Yunho mientras me jalaba a la salida

-¡Esperen!-Yoochun camino alarmado hacia nosotros

-¿Que pasa Chunnie?- Lo mire algo preocupado

-Jae, por si no lo sabes, Junsu, Changmin y yo no tenemos auto- Puso un puchero gracioso

-¡Oh! ¡Cierto!... Yunho ¿a cuantos más podemos llevar en tu coche?- Me gire un poco para poder verlo

-Pues solo a uno, Siwon ¿tu todavía puedes llevar a otros dos no?- Yunho lo miraba con suplica

-Si

-Entonces nosotros llevaremos a Changmin- Señalo a Minnie el cual camino con una sonrisa hacia nosotros

-Yo llevare a Junsu y Yoochun entonces- Siwon comenzaba a caminar a la salida

-¡Gracias chicos!- Junsu se acercó para abrazarnos

Salimos y subimos a los autos para ir al parque. El camino fue algo aburrido, nadie decía nada, cosa que me impresiono bastante. Pues Changmin nunca se callaba. Esta vez fuimos los primeros en llegar, por lo que decidimos esperarlos en el estacionamiento.

-Tardan demasiado- Decía Changmin mientras se estiraba en el sillón

-No seas desesperado… ¡oye! ¡Quita tu pie me estas pisando!- Kyu le gritaba mientras lo empujaba

-No quiero- Changmin se desplomo arriba de Kyu

-¡Quítate! ¡Pesas mucho!- Kyu empujaba demasiado fuerte a Max

-Chicos estense quietos-Les decía Yunho calmadamente

-Minnie mira a Changmin- Kyu le chillaba a Min

-¡Haber chicos, se calman!- Yunho se giró en su asiento y les grito

-Lo sentimos profesor- Contestaron los dos al unísono

Un coche de color negro, bastante conocido, se estaciono a nuestro lado izquierdo. De él bajaron Heechul y sus acompañantes

-Aish estúpido trafico…-Salía del coche mientras hablaba alto- ¡oh! Llegaron ustedes primero, hola- Se recargo en su coche y nos saludó con su mano

-Hola Heechul-Salude a Hee mientras salíamos del auto

-¿Ehh? ¿Todavía no llega Siwon?- Miraba por todo el estacionamiento

-No Hee- Changmin se acercó y palmeo su hombro derecho

-Bueno gracias

Esperamos otros 10 minutos y después llego Siwon con los demás. Entramos todos juntos y fue un caos tremendo, pues algunos querían unos juegos y otros no. Fue difícil pero decidimos subir a la montaña rusa. Terrible experiencia. Wookie bajo llorando y abrazando a Yesung, el cual lo consolaba, Kyu y Minnie andaban más que contentos, se subieron por segunda vez. Junsu bajo muy asustado, no tanto como Wook, y Yoochun, bueno, él no hablaba. Donghae y Eunhyuk bajaron normalmente, como si nada. Changmin, al igual que Minnie y Kyu, se subió por segunda vez. Heechul se mareo y Siwon se burlaba de él, grave error, Hee lo golpeo con una escoba de limpieza). Y yo, yo me asuste, baje temblando y me aferre al brazo de Yunho, el cual había bajado como si nada hubiese pasado.

-¿Estas bien Jae?- Acaricio con delicadeza mi espalda

-Claro que si ¿por quién me tomas Yunho?- Intentaba hacerme “el fuerte”

-No por nadie- Podía notar su sonrisa llena de burla, pero antes de decir algo, el me interrumpió- ¿ahora a cual subimos?

-¡Chicos! ¡Queremos ese de ahí!- Nos gritaba Changmin mientras señalaba uno de los tantos juegos que habían

-Bueno, ya te contestaron, vamos- Lo jale y lo lleve a donde estaban mis amigos

Y así fue toda la tarde, subíamos y bajábamos de los juegos. Hasta que llego la noche, decidimos que subiríamos por ultimo a la rueda de la fortuna. Obviamente cada quien con su pareja, excepto Changmin, él nos dijo que no subiría que iría a comer algo por ahí y luego nos encontraba.

-¿Enserio no quieres subir Max?

-No Jae, estaré bien, anda sube con tu galán- Ese comentario hizo que me sonrojara

-No digas esas cosas…

-Jajajaja lo siento Hyung

-Jae ¡subamos ya!- Me gritaba Yunho desde la base del juego

-Bueno, me voy, te marco cuando bajemos, cuídate- Le revolví el cabello y corrí a donde estaba Yunho, me tomo de la mano y los dos subimos. Él estaba del lado contrario al mío, el juego empezó a girar y no pude evitar el pegarme como niño pequeño al vidrio. El panorama cada vez se hacía más lindo y cuando se detuvo en su punto más alto, no pude evitar el soltar unas pequeñas exclamaciones. La vista desde arriba era hermosa

-Woaaa, mira, es tan…

-¿Lindo?- Se levantó de su lugar y se pasó al mío

-Hermoso…

-Así como tú

-No digas esas cosas- Le decía mientras me sonrojaba y me apartaba del vidrio

-Pero…- Se acercó más a mí- ¿Porque? Dime ¿te molesta?- Esto último me lo dijo muy bajito y en mi oído

-N-no, es que yo… aaah~-Mordió mi cuello- Yu…Yunho… no… que aaa~- Me removía por el asiento, intentando detener sus besos, sin embargo no funciono.

-Te lo digo… eres lindo- Seguía besando mi cuello y acariciaba mi vientre por debajo de la camisa

-Yah… para, por favor- Le decía mientras lo empujaba quedito

-Está bien, lo que tú quieras-Dio un último beso en mi cuello y luego otro en mi mejilla para después alejarse

-Gracias…- Estaba bastante acalorado y muy apenado ¿Qué había sido todo eso?

La rueda comenzó a moverse y nos bajamos. Algunos bajaron más melosos que otros, peo todos llevaban una sonrisa. De nuevo estábamos a punto de irnos cuando nos acordamos de algo: Changmin no estaba con nosotros.

-Yo le marco, si quieren adelántense- Les decía a los chicos mientras sacaba mi celular

-De acuerdo, los vemos allá- Me decía Siwon mientras se iba con sus pasajeros

-Nosotros nos quedaremos con ustedes, ya sabes, de todas maneras tenemos que irnos juntos- Me decía Sungmin mientras jalaba a Kyu

-Está bien chicos- Marque el número de Changmin pero no me contesto

-No me contesta

-Intenta de nuevo- Me decía Yunho, marque y sucedió lo mismo

-Sigue sin contestar- Comenzaba a preocuparme

-Intentare yo- Me decía Kyu mientras marcaba desde su celular- ¿Bueno?... si aquí esta… ahora entiendo… no lo diré… ¡ya apúrate!- Colgó y guardo su celular

-¿Que paso?- Me acerque de inmediato para poder preguntarle

-Ya está en camino, dijo que nos veía en el estacionamiento, vamos- Tomo la mano de Sungmin y empezó a caminar

-Bueno vamos- Yunho me tomo de la mano y caminamos al estacionamiento

Llegamos y todavía no estaba Changmin así que subimos al auto y lo esperamos mientras escuchábamos el radio. No sé en qué momento me quede dormido, pero fui despertado por el ruido de la puerta cerrarse.

-¿Te despertó amor?- Me preguntaba Yunho mientras tomaba mi cara

-Mmmn si…- Estaba disfrutando de las caricias de Yunho

-Perdón Hyung- Me susurraron en el oído por lo cual di un brinquito en mi asiento y voltee rápido hacia atrás

-¡Changmin! ¡Qué te pasa!- Lo iba regañar una vez que lo había visto

-Shhh, están durmiendo- Me decía mientras señalaba a Minnie y Kyu

-Eres un idiota mira que tardarte tanto- Hice un puchero y me gire en mi asiento

-Pónganse los cinturones- Nos avisó Yunho

Arranco y nos llevó de nuevo a casa de Ryeowook. El camino fue bastante silencioso. Changmin también cayo rendido en el asiento trasero y aunque yo moria de sueño, no quería dejar solo a Yunho. No intercambiamos palabra alguna, pero me bastaba el saber que le hacia un poco de compañía. Llegamos y después de despertar con mucha dificultad a los chicos, entramos los cinco a casa de Wookie.

-Chicos tardaron mucho, ya cenamos vengan les sirvo- Nos decía Wookie mientras se levantaba del sofá seguido de Yesung, el cual le ayudo a servirnos. Regresaron con nuestros platos y con cuidado los pasamos.

-Gracias Wookie, Yeye-Les decía con una sonrisa antes de que se fueran

-De nada chicos- Nos decía Yesung mientras se iba de nuevo a la sala

-¿Dormiremos igual que ayer?- Preguntaba Changmin

-Sí. Yunho, si quieres puedes dormir en nuestra habitación para que no duermas en el sillón- Ryeo le pasaba el aviso a Yunho

-No dormirá en el sillón-Le dije serio a Wook- Dormirá en la habitación de invitados

-¿Estás seguro Jae?- Me preguntaba Yunho

-Si- Conteste seguro mientras seguía comiendo

-Bueno, asunto resulto. Me iré a dormir, hasta mañana- Se despedía Ryeowook de nosotros

-Hasta mañana- Le contestábamos al unísono

Terminamos de cenar y fuimos a nuestra habitación, Changmin, Kyuhyun y Sungmin se acostaron en el suelo mientras que Yunho se acostaba en la cama.

-¿Enserio dormirás conmigo?- Me miraba con duda desde la esquina de la cama

-No lo sé, me estoy arrepintiendo…- Mordí mi labio inferior, analizando todo

-Entonces yo dormiré en el suelo junto con los demás, tú duerme en la cama- Se estaba levantando decidido a costarse en el suelo cuando lo detuve

-No, no te levantes… dormiré contigo

Se impresiono, pero no dijo nada, simplemente entro en la cama de nuevo. Me acerque decidido, esta vez no quería hacer lo mismo que ayer. Me acerque y comencé a entrar a la cama. Me acosté dándole la espalda, estaba tranquilo, pero no duro tanto mi tranquilidad pues Yunho se acercó a mí y me abrazo por la cintura, inmediatamente me tense.

-Shhh tranquilo, no te hare nada- Me susurro mientras me volteaba y me acercaba más a el- Duerme bien- Me dio un beso en la frente y cerró los ojos

Intente dormirme pero no pude, lo miraba, el dormía tranquilamente. Poco a poco el sueño me gano, me acomode en su pecho y me quede profundamente dormido. A la mañana siguiente fui despertado por una almohada.

-¡Argh! Que… ¡que pasa!- Me levante enojado y voltee, Kyu la había lanzado

-Levántate o no llegaremos a la escuela

Cierto, hoy era lunes y teníamos clases, entonces recordé que mi profesor de música había dormido conmigo. Mire al otro lado de la cama y ya no estaba. Era de suponerse. Me levante entre al baño y me arregle, baje y como siempre ayude a los chicos con el desayuno. Mientras lo preparábamos Wookie me conto que Yunho se fue dos horas antes de que nos levantáramos, pero que paso a avisarle a Siwon que nos vería a todos en la escuela. Comimos y después nos fuimos a la escuela. Todo parecía normal, a excepción de algo, Changmin sonreía de sobre manera…

-Changmin ¿paso algo por lo cual estés así de contento?- Le lance una mirada bastante curiosa mientras caminábamos por un de los pasillos de la escuela

-No nada- Miraba felizmente el camino

-¿Seguro?- No le creía

-Seguro. Por cierto, eres un picaron ¡eeeh! Ayer vi como estabas con Yunho- De pronto me cambio el tema

-¡Que!...-Muchos chicos lo habían escuchado- No… no digas tonterías- Lo jale y lo metí a uno de los baños cercanos, revise que no hubiera nadie y comencé

-¡¿Qué te pasa?! No digas nada sobre el tema mientras estemos en la escuela

- Lo siento hyung- Hizo una pequeña venia

-Solo si me prometes decirme el porqué de tu animo tan bueno…-Fui interrumpido pues mi celular sonó- Espera, es un mensaje.

“Hola mi hermoso Boo ¿cómo amaneciste?”


-Espera otro poco debo contestar- Le hice el ademan con mi mano de que no se fuera

-Jajaja ¿tu Yunnie? No te preocupes tarda lo que quieras no me iré- Se cruzó de brazos

-Gracias- Me gire y me dedique a contestar el mensaje

“Enojado, hubiese preferido que me despertaras tu


y no Kyuhyun con una almohada”


Lo envié y volví a Changmin, pero él también estaba escribiendo en su celular con una súper sonrisa y un poco de sonrojo, mi celular sonó de nuevo.

“Perdóname amor, pero tenía que irme y estabas tan dormido,


no quería despertarte”


No sé porque razón me enamoraba cada vez más de él.

“No importa, ya lo recompensaras luego.


Te veo a la salida, tengo clases.


Te quiero”


No pasaron ni 5 minutos y me contesto

“Te esperare, estudia mucho.


Te quiero”


Deje mi celular y mire a Min, seguía con el celular

-Changmin, vámonos ya, tenemos clases

-Claro vamos- Guardo su celular

Salimos y entramos a clases, empezaríamos el día con química. Por el momento lo que más me importaba era sacarle la verdad a Changmin, sabía que esa sonrisa no era por cualquier cosa. Algo muy bueno le había pasado y hoy lo descubriría.