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Yunjae en Joseon - Cap. 4

No Me Ignores



Me deleitaba con su boca, encima de su pecho. Me sentía volando y él intentaba hablarme entre el beso. Quería escucharle decir que me amaba y le deje articular palabra 

-lo siento... No puedo -me quedé congelado. Tantos minutos de besos profundos y no conseguí convencerlo. Sus manos delicadamente me retiran de su pecho ubicándome a su lado -deberías irte 

-déjame dormir a tu lado. No quiero dormir solo y... Hace mucho frío -sin escuchar su respuesta me acosté al lado de su brazo fuerte, le atrape entre mis manos y mi cabeza beso su piel para luego cerrar los ojos. 



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La mañana llegó y me desperté primero que Yunho. Él me había arropado y su brazo aun seguía entre mis manos. Debía aprovechar esos minutos para verlo dormido. Era la cosa más tierna que mis ojos habían podido apreciar. Sus facciones muy masculinas me gustaban. Su boca era mi perdición y aunque desee besarlo me separé con cuidado de él para preparar el desayuno. Organicé la mesa con los tazones y ubiqué los cojines para sentarnos. Yunho pareció adivinar que lo iba a llamar y aparece intentando arreglar su cabello aun despeinado por su descanso

-vamos, siéntate -le mostré el cojín y yo me siento frente a él -no quiero que se te haga tarde. ¡Come, come! -él sonreía y me perdía en ese gesto -¿Qué? 

-hoy no tengo reunión, olvidé decírtelo

-oh... -llevé mis palillos a la boca y sonreía 

-quizás.... Quieras deberíamos salir a conocer la Villa 

-si -contesté rápidamente. Una salida para los dos, ya lo habíamos hecho antes pero esta vez él ya conocía mi identidad y sé que lo estaba enamorando. 

Desayunamos entre muchas miradas y sonrisas. Ya empezaba a sentirme como una esposa feliz disfrutando de la unión. Yunho arregla el caballo y partimos a una montaña de la cual caía el agua con fuerza y con un sonido relajante. Él lugar era muy natural y el aire incluso se sentía limpio. Llegamos a una roca inmensa bajo la sombra de unos árboles y nos sentamos sacando de una bolsa en tela la comida y bebidas para el día. 

Yunho tomó una botella de bebida fermentada y me sirvió una taza pequeña

-¡Bébelo! -llevé mis manos hacia atrás para que entendiera que deseaba beberlo de sus manos y lleva la taza a mi boca. Subí un poco la cabeza para beberlo y mis labios se mojaron un poco, sus dedos tocaron el líquido limpiándolo y yo sonreía de verlo desearme. Debo convencerlo de amarme. La bebida era muy amarga pero me concentré tanto en sentir sus dedos en mi boca que me olvidé de ese sabor. Incluso los besé y él retiro su mano de inmediato haciéndome reír a carcajadas

-Yunho... -le hablé -Desde que me conociste pensando que era Jaena... Te enamoraste de mí... He sido el mismo de siempre... En eso no te engañe

-yo... yo te creía alguien diferente 

-no fue fácil para mí aceptarlo... ¡Eres un hombre! pero... cuando te me acercas... Me produces tantas cosas que solo quiero estar contigo. No me interesa nada más

-ya... No sigas -me le acercaba, sentándome a su lado -¡¿Que haces?!

-allá me da él sol -me excusé. En este punto tocaba su brazo y él me lo permitía -pensé que si iba a la guerra –continúe hablando -podría morir el mismo día y mi madre estaría sola. Cuando me pidió hacerme pasar por Jaena, estaría vivo hasta la noche en que mi esposo exigiera lo suyo, y en ese tiempo yo podía haber escapado. Ese era mi plan -Yunho me miraba escuchando cada palabra que pronunciaba. Apoyo mi cabeza en su brazo y continuo hablando -desde la primera vez que me besaste... me enamoré de tí. Quería decirte la verdad pero no me atrevía -le miré a sus ojos -me encantas Yunho y quiero que te enamores de mí -con mis manos atrapo su pequeño rostro y me uno a su boca como conectándome y descargando todas mis ganas en él. Empiezo a mover mi rostro de derecha a izquierda y Yunho me corresponde. 

La sensación de ese beso hacia que perdiera mi fuerza y me obligó a acostarme sobre la piedra arrastrando a Yunho conmigo, estaba prácticamente encima de mí. Me besaba con mucha ternura y su mano incluso se posa en mi cintura. Me enloquecía tenerlo así y despeinaba su cabello. Me detuve para quedarme unido a su boca pero él aprovecho ese momento para separar nuestros labios

-¿Por qué me detienes? Déjate llevar -le pedía regresando a ese contacto pero se levanta por completo de la piedra 

-ya deberíamos irnos -me dice ofreciendo su mano para levantarme. Le ignoré y recogí todas las tazas para guardarlas en la bolsa. Estaba un poco enojado porque Yunho no aceptaba que le gustaba. Que me amaba tanto como yo a él. 

Subimos al caballo y decidimos caminar un poco dentro de la Villa. Caminábamos juntos por la calle principal del comercio. Había muchas cosas bonitas y me concentré en los productos, cuando quise mostrarle algo a mi esposo me giré y no lo vi cerca de mí, caminé una cuadra antes y lo encontré hablando con una giseng. Me le acerqué de inmediato 

-deberíamos repetir -le decía la mujer

-Yunho... quiero ir a casa -fue mi comentario 

-¿Es ella? -me mira de arriba hacia abajo -es ella por la que me dejaste con ganas de "acción" -ósea que no lo hicieron... Yunho no estuvo con la giseng esa noche en que regresó borracho

-Sí, ella es mi esposa, lo siento Sohee. Me voy 

-no olvides la cena de hoy 

-¿Cual cena? -Yunho me toma por el brazo para seguir nuestro camino 

-aunque no lo creas su madre es una mujer importante en esta Villa -me soltaba del brazo mientras caminábamos -me ha invitado esta noche a su cumpleaños. La conocí desde que llegué y le agradé. Es todo

-¡no iremos! -iba a estar esa mujer y no lo quería cerca de mi esposo

-¡Claro que sí! Y si no quieres acompañarme es tu problema -regresamos por el caballo para ir a casa 



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Las horas pasaron y Yunho se preparaba para ir a la cena de la madre de esa giseng, reflexionaba si debía dejarlo ir solo o lo acompañaba. El solo hecho de saber que esa mujer podría estar enredando su cabeza me revolvía el estomago. Saco del ropero un hanbok y me lo coloco nuevamente soltando mi cabello. Me maquillé lo poco que sabía y salí a encontrarme con Yunho quien ya cruzaba la puerta de su habitación dispuesto a salir sin mí

-no te dejaré solo –le hice saber con mi actitud un poco fría, para nada normal –él me sonríe y me ofrece su mano, la toco con la mía y ésta vez no usamos el caballo. La distancia no era muy larga y él enrolla mi brazo en el suyo para caminar como la pareja de recién casados que somos. 

En la cena habían muchas personas, pensaba que el evento era un poco mas privado pero no fue así, realmente esa mujer era muy respetada y admirada por todos. Su hija, la giseng obviamente llevo algunas de sus amigas y se podría decir que los hombres estaban muy contentos. Todos sin excepción alguna, ¡sí! Ni siquiera mi esposo ocultaba su deleite al ver a esas mujeres. Me estaba desesperando. 

La misma mujer de esta tarde se le acerca y se le sienta a su lado sonriendo con mucha intensidad y con mucha frecuencia. Yunho debería alejarla y dedicarme más tiempo a mí. ¡Yo soy su esposo! Se suponía que en esta época las esposas debemos aceptar esto de los hombres por lo que ir a reclamarle se vería mal delante de todos. Tuve que aguantar largas horas viéndolo sonreírle a esa mujer y recibirle muchas tazas de esa bebida fermentada.

Le di mi espalda a esa escena de ellos dos, mi corazón no podía soportarlo un segundo más y finjo mejor recrearme con la poca diversión que ofrecían los otros invitados

-¡Jaena! –Me llama y no le miro -¡Jaena! ¿Quieres ir a casa? –fue entonces cuando le vi y asentí con mi rostro. Él se despidió de los que lo conocían y salimos de la enorme casa.

Yo caminaba delante de él y no a su lado como la mayor parte del tiempo, y esta vez no me interesaba estar aferrado a su brazo. Estaba molesto porque me ignoró por la giseng. Yo le haría lo mismo. ¡Oh no! ¿Tenía que llover justo ahora?

-te mojarás –se me acerca Yunho colocando una parte de su hanbok encima de mi cabeza y le arrebaté eso con mis manos. No quería nada de él -¡Jaejoong! –sé que él empezaba a desesperarse con mi actitud. Se lo merecía.

Llegamos a casa empapados y me apresuré en quitar el hanbok, me quedé en ropa cómoda, un pantalón y una camisa larga, ya preparado para dormir

-¡Jaejoong! He preparado té… ¿vienes? – ¡¿mi esposo ha hecho que?! Él odia la cocina, eso no me lo iba a perder y deslice la puerta para unirme a él en la sala. Me senté sobre el cojín. Lleve conmigo un pergamino y me senté a tomar la caliente bebida observando el papel

-¿sabe bien? –me pregunta

-ehhh… no está mal –me volvía a concentrar en el pergamino

-¿seguro? 

-si –fue mi respuesta fría 

-hace un poco de calor ¿no crees? –por el rabillo del ojo pude percibir que Yunho retiraba de su cuerpo algo de ropa, su pecho… ¡estaba desnudo! Hice mi mayor esfuerzo y me controlé

-yo siento frio, además ha llovido fuerte –comenté. Mis ojos se posaron en las imágenes del pergamino, le hacía ver que era más interesante que él 

-Hyaaa!!!! –Me gritó y me sobresalté sin verlo aun –me arrebató el papel y me lleva hasta su habitación acorralándome sobre la puerta deslizadora 

-¿planeas seguir ignorándome? 

Nos besábamos lentamente disfrutando de esa conexión y poco a poco Yunho me lleva hasta la frazada y nos acostamos en ella. Los besos no eran intensos como yo esperé, las caricias eran llenas de delicadeza por parte de él. Sus manos rozaban mi piel torturándola con su toque. No había afán y es que en realidad teníamos toda la noche para nosotros. Parece que en esa posición él se cansa y se tumba hacía mi lado derecho ayudándome a subirme sobre él. Me gustaba más esta posición. Yo le besaba con mayor control 

Su boca no me era suficiente para saborear, quería rozar mis labios con toda su piel y me paso a su cuello. Le olía y le probaba con mi lengua, me detuve y le miré. Sus ojos cerrados, su boca abierta y su respiración contenida 

-me gustaría escucharte... quiero que lo disfrutes -volví a concentrarme en su pecho y dibujaba una línea con mi lengua hasta llegar a su vejiga. Un bulto parecía crecer y le toqué apretándolo

-ohhh!!! -por fin le escuché –yo sonreía porque le sentía bajo mi poder y le quito de una sola movida sus pantalones viendo su hombría, aun no estaba del todo despierta. Miré a sus ojos y beso con delicadeza la parte baja, sus gemidos aparecieron y eso me excitaba también. 

Besé toda su sexualidad y me concentré en su punta. Le estaba volviendo loco y me gritaba que lo metiera todo en mi boca. Así hice y él toma mi cabeza imponiendo un ritmo de arriba hacia abajo, varias veces hacia que lo introdujera por completo dentro de mi boca. Mi saliva me ayudaba a que ese contacto fuese de mayor placer para él

-Jaejoong... ven aquí -me pide que me acerque a sus labios de nuevo y nos mojamos todo con nuestra propia humedad. De verlo tan sexy mi miembro estaba duro y él lo masajeaba haciéndome gemir en voz alta. Nadie podría escucharme y por eso no me cohibí. Yunho me encendía desde adentro. 

Nuestra primera vez ocurría de maravilla, lleno de mucha entrega de parte de cada uno. Ubicado encima de él, empiezo a jugar con nuestros miembros verticales rozándolos entre sí y moviéndonos con algo de lentitud placentera

-te necesito más -me dice Yunho y le entiendo perfecto que quiere entrar en mi cuerpo. Era la primera vez que vivía eso y solo se me ocurrió darle mi espalda para que su instinto hiciera conmigo lo que necesitaba. Estaba un poco asustado pero quería entregarle todo mi cuerpo. 

Sus manos hacen que me coloque en posición de cuatro y me besaba en toda la espalda, luego rozaba su sexualidad en medio de mi trasero, eso era realmente excitante y desee que entrara. Él se divierte unos minutos con mi entrada y la ingresa lentamente 

-Ahhh!!! 

-¿duele? 

-no... Hazlo -mentí, si me dolió su entrada en mi cuerpo. Yo no estaba acostumbrado a su tamaño pero sabía que me necesitaba. Ingresa en mí por completo y empezaba a moverse lentamente. Era afortunado que no viera mi rostro porque en él había un poco de dolor aunque era soportable. 

Mi esposo se movía dentro de mi aumentando su fuerza y gemía, sus sonidos me ayudaban a aguantarme el dolor y de cierto modo a disfrutar de ese acto

-ohhh... Jaejoong... Ohh... Eres perfecto...

Amaba escuchar mi nombre saliendo de su boca. Sus movimientos con mayor fuerza me indicaban que estaba cerca de eso que buscaba y soporté unos segundos más. Se vino dentro de mí bañándome con su líquido. Sale de mi cuerpo y se acuesta recuperando su aire. Yo me caigo igual sobre la frazada gruesa boca abajo y respiraba profundo. Ambos nos quedamos así en silencio. 



-Jaejoong... Lo siento -me dice acercándose a mí luego del pequeño descanso, me giro boca arriba para verle a sus ojos 

-¿Que... Que sientes? -me asusté de sus palabras 

-te he lastimado. Me volví loco y...

-¡No! ¡No! Estoy bien -le miraba a sus ojos para que creyera mis palabras, pero él en una acción rápida toca un poco mi trasero 

-Ahhh!!! -grité ante su toque 

-¿Lo ves?

-pero... es la primera vez que hago esto -empecé a justificar -es que... debo acostumbrarme a tu... 

-te amo -me dice y me quedé en silencio ante su confesión. Me miraba mis labios para luego besarlos con lentitud, se separa de mí y me regala su atención de nuevo

-eres hermoso -me vuelve a besar y caigo en sus labios. Me pierdo en ellos con facilidad. Me separa de él

-quédate a mi lado... siempre -me dice regalándome una sonrisa. La madrugada llego y él me acomoda en su pecho para dormirnos en esa posición. Le dije que lo amaba y así se nos pasaron las horas. 



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Debido a que la noche anterior estuvimos despiertos por varias horas, la mañana llegó y nos despertó la gran luz que se reflejaba en la habitación 

-hola -me dice Yunho abrazándome por detrás y dándome un beso corto en mi cuello

-mi caballero -pronuncié y sonreía 

-debemos partir hoy a casa. Me iré a bañar para organizarlo todo. 

Mi esposo se levanta y me deja solo sobre la frazada. Intenté levantarme y de inmediato sentí un dolor en mi trasero. Me sobaba para aminorarlo y finalmente pude colocarme de pie. Agradecía que Yunho no me hubiese visto para que no se sintiera culpable. Camine un poco y con ello disminuía mi ardor. Preparé algo de comer mientras él se cambiaba la ropa y me acompaña a disfrutar del tarde desayuno. Se despide de mí de un beso y era mi turno de bañarme. 

Hice las maletas y tenía todo preparado para el viaje de regreso. Me coloco un hanbok y espero sentado a Yunho en la entrada principal de casa. No tenía más que hacer y él prometió no tardar. Pensé en la noche anterior y sonreía como estúpido... el amor es así. Cerré mis ojos un momento y revivía estar en sus brazos y sentir que me cargaba y me movía a su antojo

-¿En qué piensas? -Su voz me sacó de mi pensamiento y abro los ojos 

-¡Yunho! -le sonreía y él me saluda dándome un beso muy profundo 

-debemos terminar algo

-¿A qué te refieres? -él me lleva de la mano hasta la pequeña sala principal y me acuesta sobre los cojines para que estuviera cómodo. Se ubica encima de mí y me besa el cuello muchas veces succionándolo y ruborizando esa piel

-quiero escucharte -él pensó en mí y me encendía con su toque sobre mi sexualidad, el hanbok era muy voluminoso y deseaba que lo rompiera 

-el... vestido -le dije y me ayuda a quitarlo quedando yo desnudo bajo su cuerpo. Me besaba el pecho y se enfocaba en mis tetillas 

-uoohhh!!!... Yun... -era muy sensible en esa parte y él me torturaba aun más haciéndome sentir su saliva y humedad. Mi hombría se coloca dura y él la empieza a masajear mirando mi rostro de placer. 

Sus manos me enloquecían y me hacia gemir y gritar su nombre. Él y solo él me proporciona tanto placer. Mi esposo lo mete en su boca y quería explotar de tanto goce. Me voy a venir pude susurrar entre sollozos

-mue…vete –le pude decir pero Yunho no lo hizo y se quedo esperando que mi esencia se regara sobre mi sexualidad bañando su mano de ese liquido blanco, me sentía tan aceptado por él, no dudo que realmente me ama.

Retomaba el aire que me quito por hacerme llegar al orgasmo y él se me acuesta al lado, ambos mirábamos al techo

-¿te gustó? –me pregunta y comienzo a sonreír sin responderle. Le obligo a verme y me perdía en esos ojos y esa boca seria en espera de mis palabras

-¿es necesario que nos marchemos hoy?... quedémonos una noche más 

-¡hablas en serio! –asentí con mi cabeza y con mi mano lo tomo por el cuello acercándolo a mi boca 

-yo… le había pedido al dueño que nos dejara un día mas -¡nos amamos! Yunho y yo estamos conectados incluso en nuestros pensamientos. Los besos no se hicieron esperar y nuestros labios no querían separarse. Alguien toca a la puerta y nos detuvimos para ver quién era. Mi esposo llegó primero mientras yo arreglaba el hanbok, cuando me les uní vi de nuevo a la giseng 

-Oppa ¿me dejaras? –le decía y me ubiqué en medio de ellos 

-Sohee tengo mi esposa… 

-¡vete! –le dije

-¡¿tu?! Ni siquiera le puedes complacer como una mujer 

-¿Qué dijiste? –empecé a enojarme ¿pudo Yunho hablar sobre mi verdadera identidad?

-Sohee ¡no más!

-eso fue lo que me dijo esa noche que estuvo conmigo

-¡no paso nada entre nosotros! –le dice Yunho 

-Yunnie… -¡esa mujer se atrevió a llamarlo así! -¿olvidaste tus palabras? Dijiste que no besaba bien, que no la soportabas cerca de ti, que querías acabar ese matrimonio… -ella se prende de su cuello y yo me quedé congelado procesando esas palabras, ¿eso había pensado de mí? 

-Sohee ¡te vas! –pude ver que Yunho la tomaba por el brazo y la arrastraba hasta la salida de la casa. Yo me fui a mi habitación por mis valijas. Estaba demasiado ofendido. 



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Nota Autora: para su información el YooSu aparecerá en capítulos más adelante.

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