El chico Nuevo cap 29

El coctel continuó, todos conversando felices, mi madre encajó super bien con la madre de Yunho y Mizato no dejaba de lado a su "Jae". La verdad todo parecía irreal, casi podía esperar que sonara la alarma de mi despertador para volver a la realidad, pero no, todo era cierto, yo Jaejoong era el feliz esposo de Yunho, un hombre encantador. Cuando ya se hizo de noche y los pocos invitados se sintieron cansados y anunciaban su ida, Yunho me tomó de la mano y me llevó hacia la limusina.

- Desde aquí, tendrás que confiar en mí -dijo poniéndome una venda en los ojos.
- Que misterioso Yunho -respondí sin oponer resistencia.
- Mi señor esposo, le aseguro que esta noche será inolvidable -dijo besando mis labios.
- El día ya es inolvidable, no me imagino algo que pueda mejorar esto -le dije sinceramente.

La limusina se movió por diferentes dirección, me era imposible adivinar a qué lugar nos dirigíamos. De pronto el auto se detuvo, me tomó de la mano y me guió sacándome de la limusina, sentí la brisa fresca de la noche, era una perfecta noche de verano en dónde el calor y el aire hacían una combinación ideal para pasear. Me guió por diferentes lados, me decía "Cuidado viene un escalón", ó "Doblaré a la derecha", y así hasta que después de subir muchos escalones escuché una puerta abrirse, nuevamente me envolvió una brisa fresca.

- Aún no te quites la venda -me dijo.

Mi paciencia tenía un límite y yo estaba a punto de pasarla, quería saber dónde estábamos, porqué había tanto silencio y porqué me sentía tan nervioso, como si ese lugar fuera conocido por mí. Finalmente oí su voz.

- Quítate la venda -me dijo.

Me la quité ansioso, sin embargo tuve que esperar hasta que mis ojos volvieran a ver con nitidez y cuando por fin pude enfocar, sentí que mi corazón iba a explotar. Velas, una radio que Yunho encendió y que tocó música romántica, una cama improvisada en el suelo de mi mayor alegría, el lugar que fue testigo de nuestro primer beso real, la azotea del colegio en dónde nos vimos por primera vez, y en el centro de la cama, Yunho completamente desnudo alumbrado por las velas a su alrededor dándole un aire perfecto de ángel.

- Aquí fue mi amor, en dónde "El Chico Nuevo" del colegio cautivó mi corazón, el lugar en dónde mis labios presos de los tuyos me gritaron que eras la persona con quien deseaba pasar el resto de mi vida... tú mi amado Jae y sólo tú eres el dueño de mi corazón.

Mis manos se movieron por si sola comenzando a desvestirme, Yunho me observó en silencio, y en sus ojos pude ver sólo una cosa... amor. Si, lo supe en ese instante, siempre estuvimos destinados a estar juntos, nada fue coincidencia, él era mío y yo le pertenecía.

Me quité la última prenda completamente excitado al ver los ojos de Yunho fijos en mí, nuestros miembros duros, esperando por el otro eran una invitación que no pude resistir. Me acerqué a él con lentitud, sin prisa, esta noche nos amaríamos lentamente. Tomé su rostro con delicadeza acercando sus labios a los mío. Rocé sus labios tocándolos a penas, mientras mis manos bajaban con lentitud por sus brazos y luego a sus muslos. Un gemido se escapó de sus labios cuando mis manos fueron a parar a su trasero. Su boca se acercó a la mía y comenzó a deborarme metiendo su lengua saboreándome. Yo apreté su trasero acercándolo más y nuestros miembros hicieron contacto, no pude evitar gemir. Yunho comenzó a mover sus caderas mientras sus manos apretaban mi cintura, lentamente comenzó a bajar besando mi cuerpo en su camino a ponerse de rodillas frente a mí. Pasó su lengua por la punta de mi pene y mi cuerpo se tensó. Lamió mi miembro como si se tratase de un helado sabroso, sus manos hacían presión en mi trasero acercándome a su boca. Estaba en la gloria, gozando con la boca de Yunho. Tomé su cabeza acariciando su cabello, no podía dejar de mover mis caderas hundiendo mi miembro en su boca, lamió dos de sus dedos y los hundió en mi trasero, la lujuría y el placer me volvieron loco, comencé a gemir con fuerza sintiendo sus dedos penetrándome. Se sentó sobre la cama invitándome a acompañarlo.

Lentamente me acomodé poniendo una pierna a cada lado de sus caderas, y con mi mano acomodé su miembro introduciéndolo en mi interior a medida que me sentaba sobre él. Ambos gemimos cuando nos hicimos uno.

- Eres exquisito -me susurró- y tú trasero es el más rico que he visto.
- Pervertido -le dije comenzando a moverme- se siente... delicioso -dije mojándome los labios pasando mi lengua sobre ellos.

El gesto pareció excitar aún más Yunho, tomó mis caderas y comenzó a moverme con más rapidez sobre él, arriba y abajo, podía sentir como el miembro de Yunho me embestía, dándome un placer que casi quemaba mi piel. Mi piel estaba ardiendo mientras los labios de Yunho deboraban mi boca, apretando mi trasero mientras me levantaba y me bajaba haciendo la penetración más profunda. El miembro de Yunho era delicioso, mi cuerpo estaba tan acostumbrado a él, que sentirlo ya no era doloroso, sólo sentía placer. Al final, aumentamos el movimiento haciendo las embestidas profundas yo mismo tomé mi miembro y comencé masturbarme al ritmo de nuestro movimiento. El orgasmo nos atrapó entre gemidos desesperados y nuestros cuerpos sudados con los labios pegados sintiendo el aliento del otro.

- Te amo -me dijo y lentamente me recostó a su lado, el cielo estaba despejado y miles de estrellas iluminaban el lugar.
- Te amo -le susurré suspirando.
- Aquí comienza -lo miré sin comprender.
- ¿Qué cosa?
- Nuestra vida...

Me besó lentamente y yo me perdí en esos labios una vez más...

FIN